viernes, 25 de marzo de 2011

¡Quien no se enamoró alguna vez en un cine...!

quién no se enamoró
alguna vez en un cine*


in memoriam de liz taylor

cuando un hombre ama a una mujer
se queda el hombre mirando al sudeste
o esperando a la mujer de la próxima puerta
o mirando las últimas imágenes del naufragio
o escribiendo su crónica de una muerte anunciada
o aquella otra la de un niño solo
o plasmando la sangre de un poeta

aunque el cielo puede esperar
el lado oscuro del corazón
de prisa de prisa apronta sus bajos instintos
y hace cita el año que viene a la misma hora
y el profesor bilingüe prepara sus momentos de amor
con la fantástica ragazza ornella muti
para averiguar todo lo que quería saber sobre el sexo
y temía preguntar

como un odiseo intergaláctico en 2001

descubrí qué verde era mi valle
y encontré para mí un lugar en el mundo
después me perdí en la ciudad de las mujeres
antes de hacer realidad mi quimera del oro
y me quedé bajo fuego con los niños del brasil
y con el alma santa del hombre elefante
y rostro bello de jack el destripador

nos habíamos amado tanto
con el resplandor del último verano
y gozamos del discreto encanto de la burguesía
y miramos juntos el relámpago sobre el agua
nosotros que éramos viscerales rebeldes sin causa
y teníamos en la piel el sueño de los héroes
y participamos sin querer en la guerra de los cerdos
y fuimos oscuros desaparecidos en la historia oficial
para crecer de golpe desde ahora y para siempre

por las calles salvajes
me hice el perfecto asesino y caracortada
lustrabotas y ladrón de bicicletas
aspirante a lazarillo con perfume de mujer
chiflado siempre y chaplin de la época muda
aprendí a dormir con el enemigo
y hacerme diestro en los juegos prohibidos
y sufrí con el vértigo de la atracción fatal
y terminé destruido con el cinema paradiso


pero la sociedad de los poetas muertos
no olvida su oscuro objeto del deseo
y disfruta del beso de la mujer araña
y comparte la cama con doña flor y sus dos maridos
y el hombre de mármol baila su último tango en parís
y le ruega a su amor que no se muera sin decirle adonde va
y se derrama la muerte en venecia con sangre y arena
y redobla el tambor como un trueno entre las hojas
y el fantasma de la libertad danza su rapsodia en agosto
y cesa el exilio de gardel y retoma viaje al sur

este poema salió tal como lo soñé y the end

*Fragmentos del libro "Descalzo sobre el asfalto y otros poemas", de Gilberto Ramírez Santacruz.

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