lunes, 30 de mayo de 2011

Glosas Patrióticas del Bicentenario en Buenos Aires

Glosas Patrióticas del Bicentenario Nacional del Paraguay


La paradoja de la historia y la inexorabilidad del destino parecieran condenarnos a estar lejos de la patria amada, para conmemorar hoy los 200 años de aquél sueño de nuestros próceres que hizo que nos llamáramos República del Paraguay y a sus hijos, paraguayos.

La aspiración máxima de aquella gesta heroica, ideológicamente, que ahorró sangre en la lucha pero sin cejar un ápice en la firmeza de lograr la verdadera y definitiva libertad, “sin mudar de amo ni sólo cambiar el yugo opresor”. Sin embargo, los próceres soñaron en una gran patria que fuera suficiente para contener a todos sus hijos y brindarle dignidad traducida en bienestar y orgulloso de su Independencia política y Soberanía económica, para forjar rápidamente un esplendoroso desarrollo social para la admiración de propios y extraños. Pero nunca pensaron los Próceres de mayo de 1811 que algún día caería en desgracia nuestra próspera nación, sufrir un exterminio tan generalizado de sus habitantes por invasores tan despiadados, nunca visto en la historia de la humanidad, ni que serían condenados los escasos sobrevivientes y sus descendientes, desde la tragedia de 1870, a morder el polvo del destierro. Entonces, nosotros hoy, sin privarnos de la alegría y de la algarabía, conmemoramos el ejemplo de nuestros Próceres de la Independencia Nacional y celebramos el Bicentenario con la esperanza de que pronto nuestro Estado Paraguayo repare esta deuda histórica y nos ampare bajo la misma Constitución Nacional que cobija a los paraguayos de adentro, y nos devuelvan nuestros derechos cívicos como esperamos al final del Referéndum del 9 de octubre de 2011.

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Quién iba pensar que a más de 400 años, en la ciudad de Buenos Aires, refundada y reconstruida principalmente por “los mancebos de la tierra” del Paraguay, sus lejanos descendientes de los siglos XX y XXI habitarían en cientos, miles y millones también ésta generosa nación surgida alrededor del puerto establecido por Pedro de Mendoza? Y aquí estamos, la colectividad latinoamericana más numerosa que habita la tierra argentina, la colectividad paraguaya que conmemora y celebra su Bicentenario de la Independencia, en el corazón porteño de la Avenida de Mayo, con el apoyo de las autoridades nacionales tanto como del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, todos juntos, instituciones paraguayas, compatriotas y amigos en general, “enalzamos” los colores patrios para honrar aquella gesta de 1811 que nos diera la Independencia Nacional, para orgullo de todos los paraguayos y hermanos latinoamericanos.

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Nunca los paraguayos se sintieron extranjeros por estas tierras generosas. Llevamos en la sangre el pacto fraternal que heredamos como países hermanos surgidos de la misma matriz, de la misma esperanza y esfuerzo compartido para forjar una nación sobre el tremendo dolor que dejó la conquista y el heroísmo que legaron las naciones originarias en nuestro temple. Con mucho orgullo sentimos la consagración de la paraguaya Ana Díaz como primera madre porteña, esa mujer compatriota que acompañara a los fundadores de Buenos Aires, además de los criollos asuncenos y varios cientos de indios guaraníes, que dieron por obra la maravillosa y luminosa Buenos Aires, la Reina del Plata, la Santa María del Buen Ayre, que habitarían también los propios paraguayos a través de su historia y los vaivenes políticos de su país. Pero aquel desinterés y generosidad mostrada por los verdaderos fundadores de Buenos Aires, ya que la primera fundación no había dejado rastros algunos, fue correspondido siempre por la hospitalidad y solidaridad de ésta Nación Argentina no sólo para nosotros, los paraguayos y latinoamericanos, sino para todos los hombres del mundo.

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La hermandad de nuestras naciones latinoamericanas es mucha más profunda de los que muchos pretendieron y pretenden mostrarnos como extraños y diferentes, hemos estado siempre codo a codo como pueblos y como combatientes por la independencia y libertad de nuestros países. Ahí están los ejemplos de los paraguayos que se alistaron contra las invasiones inglesas, en dos contingencias de 500 voluntarios y soldados paraguayos que ofrecieron su vida por estas tierras maravillosas de los Querandíes y soñadores patriotas. Este gesto y gesta históricos de hermandad latinoamericana se honra con sendos monumentos, en honor a los combatientes paraguayos, en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, Provincia de Buenos Aires. Y de estas contingencias provenían los héroes libertadores y de la Independencia de nuestras naciones, por citar algunos, al prócer Fulgencio Yegros y el libertador coronel José Félix Bogado, soldado sin par para los sueños americanos de José de San Martín.

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La historia es un camino que viene de lejos para llegar a nosotros, a nuestro tiempo que algún distraído puede pensar que el pasado no tiene relación con el presente y menos con el futuro. Menudo dilema pero al destino más lejos, paradoja del sentido común, se llega con el primer paso. Así también nuestra historia comenzó y trajina su día a día con todas las adversidades pero también con el potencial de todos los sueños de ayer, hoy y mañana: De ver a la Patria Grande que por fin recupere su gran familia de originarios y soñadores patriotas sentados en la misma mesa y en igualdad de condiciones y oportunidades. Por ese sueño y ese desafío muchos, a través de los siglos, han regado su sangre y ha abonado la tierra de los sueños para que hoy podamos cosechar las primeras siembras de integración como pueblos y mutuos reconocimientos como hermanos y solidarios por siempre. La conmemoración y celebración de los Bicentenarios de Argentina y Paraguay han convocado y han respondido sus pueblos en forma espontánea y genuina, todos aquellos que llevan el fuego sagrado del patriotismo que sólo se avivan cuando realmente soplan los vientos que presagian peligro o cita de honor, como en éste caso, estamos convocados a renovar el compromiso legado por los próceres y hacedores de nuestra soberanía como nación y como Latinoamérica unida.

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Después de la Revolución de los Comuneros del Paraguay, una verdadera cuna y primavera para la libertad de América, que nació en Paraguay y floreció luego también en todos los países con más o menos intensidad que en otros, más de 50 años antes de la de la Independencia de los Estados Unidos y la Revolución Francesa, y 150 años antes de la Comuna de París, un hijo también del Paraguay, don Sanabria y Trejo, hermano de Hernandarias, primer gobernador criollo del Río de la Plata, fundó la Universidad de Córdoba que pronto daría una camada de criollos, como Moreno, Castelli, Monteagudo, el Deán Funes, el doctor Rodríguez de Francia, por citar algunos, todos embebidos en la fuente de los enciclopedistas franceses, mentores de aquella célebre Revolución de la Fraternidad, que una vez concluidos sus estudios llevaron el espíritu libertario a sus nacientes patrias. Cada uno a su manera y a su tiempo insuflaron ese fervor libertario en sus compatriotas y, aprovechando las invasiones napoleónicas en España y la abdicación de los Reyes, cristalizaron los anhelados sueños de cortar, definitivamente, la ya herrumbrada cadena de la Corona hispánica.

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En todos los acontecimientos nuestros pueblos tuvieron siempre el protagonismo y la dignidad para legarnos el orgullo de llamarnos por nuestra nacionalidad pero sin chauvinismo, respetando como propia la nacionalidad del hermano latinoamericano, conciente y complacido de pertenecer a la misma hermandad de naciones. Sin embargo, hubieron trágicos y lamentables errores de los gobernantes a través de la historia, que se prestaron a las manipulaciones foráneas para atacar o no socorrer al hermano en situación de peligro. Fue el caso de los gobernantes, en nombre de sus países, no de sus pueblos que supieron distinguir las motivaciones perversas y se negaron a ser voluntarios o carne de cañón, que conformaron la Triple Alianza, para muchos y para nosotros en especial, la Triple Infamia, para aniquilar un modelo diferente de desarrollo como país y como modelo alternativo al paradigma reinante de entonces, cuando la Revolución Industrial y el capitalismo en auge eran vanguardia económica en el mundo, el Paraguay de Francia y los López, sin inversión extranjera ni deuda externa, lograron el máximo desarrollo económico y social entre los países sudamericanos.

Juan de Garay y su Fundación de Buenos Aires

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Al Paraguay no se le conoce en la historia ninguna política de expansión ni anexar tierras allende fronteras, que muchos países tuvieron y tienen algunos hasta hoy de conservar territorios obtenidos por medios bélicos o medios fácticos de ocupación, en cambio sufrió a través de su historia todo el desmembramiento y cercenamiento que pueda imaginar, teniendo en cuenta que por décadas tuvo su territorio limitado por el Océano Atlántico, Asunción, fue “Madre de Ciudades, amparo y reparo de la Conquista” en América, fue capital por siglos del Río de la Plata, ya el doctor Francia fue el primer promotor de la Confederación Americana en 1814, el Paraguay fue garante y patrocinador de la unidad de la República Argentina como Nación, a través del Pacto de San José de Flores en 1859 y debido a la gestión personal del mariscal Francisco Solano López, quien también alguna vez paseó por esta misma Avenida de Mayo en anda como héroe y padre de la integración de la Confederación Argentina y el Gobierno de Buenos Aires.

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Los paraguayos como migrantes e inmigrantes hace más de 100 años que habitamos y engrandecemos esta generosa tierra argentina, entregando nuestros mejores esfuerzos como un gran pueblo trabajador que somos y recibiendo también siempre a cambio la acogedora hospitalidad y el goce de todos los derechos consagrados por la Constitución Nacional para sus propios ciudadanos. Los oleajes políticos que sufrió el Paraguay a través de su historia fueron la causa de grandes desplazamientos y emigraciones hacia la Argentina, fundamentalmente después de la Guerra Grande de 1870, pero en grandes masas fueron durante la Revolución de 1947 y durante la dictadura de Stroessner. Asimismo, entre los inmigrantes trabajadores vinieron los mejores y más grandes creadores y personalidades del Paraguay, que tanto han aportado también a la cultura de éste país como al nuestro.

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Podemos mencionar al maestro José Asunción Flores, nada menos que el creador de nuestra inmortal Guarania, que llegó a esta ciudad trayendo de avío y ofrenda, con los buenos presagios y augurios del poeta Manuel Ortiz Guerrero, su inolvidable música ¡Buenos Aires, salud! Aquí Flores realizaría sus mejores composiciones y cerraría sus ojos sin cumplir su gran sueño de visitar Cerro Corá y componer una obra en homenaje al mariscal Francisco Solano López. También Félix Pérez Cardozo, trajo su memorable arpa y compuso no menos memorables obras, además de dar a conocer su legendario aporte con el tema Pájaro Campana, como Tetãgua Sapukái y Los sesenta granaderos. También Herminio Giménez, produjo sus mejores obras en el exilio argentino, además de hacer docencia con sus grandes orquestas, compuso la incomparable canción Che trompo arasá que de alguna manera el logo del Bicentenario lo homenajea al recordado maestro. También Mauricio Cardozo Ocampo, además de difundir su ya tradicional Galopera, compuso entre tantas obras inolvidables, la popular canción Chokokue kera yvoty. Y la lista de grandes músicos sería larguísimo, pero no podemos olvidar a Carlos Lara Bareiro, Prudencio Giménez, Aparicio de los Ríos, Emilio Bigi, Agustín Barboza, los hermanos Larramendia, entre otros.


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En cuanto a los creadores de las bellas letras, como decía el gran poeta nicaragüense Rubén Darío, tenemos a nuestro Premio Cervantes don Augusto Roa Bastos, que vivió y escribió gran parte de sus grandes obras en Buenos Aires, desde El trueno entre las hojas, Hijo de Hombre y Yo, el Supremo. También el gran Gabriel Casaccia, fundacional escritor de la literatura moderna en el Paraguay, que vivió más años en Buenos Aires que en su país y nos legó sus memorables novelas como Los exiliados, La Babosa y La Llaga. También poetas de la talla de Hérib Campos Cervera, escribió sus poemas de fuego y dolor del exilio, entre tantos, aquél Regresarán un día… También poeta de la talla de Elvio Romero que honró con su vida y su obra el sueño eterno de la patria liberada, volcando sus gotas de oro de la poesía en Los innombrables, Destierro y atardecer, Los valles imaginarios y el Libro de las migraciones. Sin olvidarnos tampoco de otros grandes creadores como Antonio Ortiz Mayans, Félix de Guarania, Zenón Bogado Rolón, Carlos Federico Abente, Andrés Guevara, Juan Sorazábal, para mencionar solo los más conocidos, que enaltecieron a nuestro país desde el exilio pero también honraron holgadamente a la generosidad argentina aportando sus mejores creaciones y su vida toda.

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Como olvidar tampoco a los legendarios deportistas que dejaron hazañas en el deporte y pedagogías de vida para las generaciones venideras por estas tierras también promisorias en talentos y jugadores admirados en el mundo. Ahí están los insignes maestros del fútbol como expresión genuina y espectáculo artístico, “el paraguayo de oro” Arsenio Erico, el genial Delfín Benítez Cáceres, también insoslayables como Rogelio Delgado, Adolfino Cañete, Eugenio Morel, padre de nuestro Morel Rodríguez del Albirrojo, Roberto Cabañas, Gabriel “el loco” González, Justo Villar entre otros. No nos olvidamos de él, él se merece un capítulo aparte, tanto por sus méritos deportivos como por su vocación solidaria, virtudes que coronan su atlética figura y humana estatura, claro que nos referimos al campeonísimo Gran José Luis Chilavert…que ha dejado el nombre de nuestro país en un sitial de respeto para muchos y casi altar de veneración para los hinchas de Vélez, y de aquellos que gustan del buen fútbol dentro de la cancha y códigos caballerescos fuera de ella.

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Pero hoy la Avenida de Mayo se viste de fiesta, sin perder la reflexión un instante sobre lo que significa el Bicentenario de la Independencia Nacional del Paraguay, entre cantos y danzas, demostraciones de la colorida y variada expresión de nuestra cultura, el deguste de nuestra comida típica y la evocación constante de la gesta heroica de nuestros Próceres, en las batallas de Paraguarí o Cerro Porteño y Tacuary, como antesala de la Declaración de Independencia de 1811.

La colectividad, con profundo sentido de pertenencia, participa ya sea a través de sus instituciones o como simple compatriota imbuido del sentimiento nacional y el sueño fraterno de compartir con todos este encuentro maravilloso. Bajo el auspicio de las autoridades nacionales y apoyo del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Bicentenario Nacional del Paraguay se viste de fiesta y renueva el compromiso de reeditar el espíritu y la realidad de los gobiernos paraguayos responsables, que se hicieran cargo de todos sus compatriotas dispersados por el mundo y cuyos sudores producen las remesas de dinero que constituyen el primer ingreso del país, más que sus exportaciones anuales de soja y de la misma electricidad de las dos represas más grandes de la región sudamericana.

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Después de mucho tiempo, pugnando por construir una institución que aunara a los centros paraguayos, se formó la Federación Paraguaya en la República Argentina (FEPARA), expresión genuina de las instituciones pioneras y más antiguas de la colectividad, que en poco tiempo esta llevando la transformación en sus asociados y la movilización por los intereses genuinos de la colectividad y de nuestro país todo. Despojados de todo sectarismo y partidismo, la fuerza política institucional reside en la participación activa de sus instituciones miembros, como podemos observar y disfrutar de este mismo encuentro, obra mancomunada de los centros con FEPARA y Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

La práctica del conjunto como colectividad o unidad en el trabajo, la convivencia respetuosa y democrática, haciendo hincapié en la coincidencia y buscando siempre el consenso como método operativo. Podemos decir hoy, sin miedo a equivocarnos, que nuestra colectividad está ya encaminado a lograr la anhelada fuerza política institucional que siempre admiramos en otras colectividades, gracias al esfuerzo de unidad que repercute en forma directa en las instituciones y autoridades a cargo de nuestras necesidades, solicitudes y requerimientos, tanto dentro de la Argentina como en el Paraguay. Ejemplos resaltables son los programas de regularización migratoria denominada Patria Grande, a favor de todos los hermanos de países limítrofes, y la reciente creación de la Oficina Regional de Identificaciones por parte del gobierno paraguayo, para resolver el trámite de documentación en forma integral en Buenos Aires, sin necesidad ya de viajar o pedir los “costosos papeles” al Paraguay.
Muchos caminos quedan por transitar, pero hemos echado a andar todos juntos y mejor que llegar es no detener nunca la marcha. Los paraguayos hoy al tiempo de conmemorar y celebrar el Bicentenario Nacional, estamos marcando un hito dentro de la colectividad, superando una historia mezquina de enfrentamientos infructuosos, cizañas sembradas durante la larga y oprobiosa dictadura, cizañas arrancadas con muchos esfuerzos de todos y requirió varios años de la transición democrática..Pero hemos sacado en limpio la lección, todos los paraguayos de afuera o migrantes, de alguna manera, fuimos victimas de una injusticia que nos obligó dejar el terruño; una injusticia a veces encubierta en la perversa política económica cuando no en una abierta persecución política o represión indiscriminada contra la población excluida del clientelismo político del dictador o gobierno de turno.

Por eso hoy, en medio de la celebración patriótica, no pedimos sino exigimos que no haya más paraguayos de adentro y de afuera, paraguayos de primera o de segunda sino paraguayos en igualdad de oportunidades, con los mismos derechos y obligaciones. Y no será virtud del Estado Paraguayo restituir los derechos cívicos conculcados a los que fuimos obligados a dejar la patria sino su obligación y razón de ser, porque un Estado, sinónimo de su gente, que no se hace cargo ni responsable de su pueblo no merece llamarse Estado sino una Estructura para negocios de pocos sobre la miseria de muchos.


¡Viva el coraje del pueblo paraguayo de 1811!

¡Vivan las Heroicas Mujeres de 1811!

¡Vivan los Próceres de Mayo de 1811!

¡Viva el Bicentenario Nacional del Paraguay!

¡Viva la argentina! ¡Viva el Paraguay!



Gilberto Ramírez Santacruz
Buenos Aires, 14 y 15 de mayo de 2011

Fuente: www.Paraguaymipaís.com.ar/comunidad-paraguaya/

domingo, 29 de mayo de 2011

Hijos del techaga'u conmemoran Bicentenario en Buenos Aires

Hijos del techaga'u

Por Milia Gayoso Manzur

”Aguyje” le dijo la joven vendedora al escritor paraguayo Feliciano Acosta, en plena Buenos Aires. Como entusiasta defensor del guaranì, èl se sintió felizmente sorprendido por ese gracias, en nuestro idioma ancestral. ¿Es paraguaya?, le pregunta . “Mi familia es paraguaya, de Luque, mis padres vinieron hace muchos años, para trabajar, y al contrario de otras chicas que apenas al llegar olvidan sus raices, yo quiero que nuestras costumbres perduren. Hablo y entiendo perfectamente el guaranì, dijo”. Argentina de nacimiento, con acento y estilo rioplatense, sin embargo, guarda y resguarda, con orgullo, su origen guaranì.

Ella es una de las miles de jóvenes que han nacido en territorio extranjero porque su madre, padre, o ambos, emigraron buscando mañanas mejores y lo encontraron en la Argentina, que desde siempre, ha recibido a los paraguayos que llegaron a su capital buscando empleo, o exiliados por cuestiones polìticas. En este ùltimo grupo se sitùan los hijos de destacados intelectuales y polìticos que fueron perseguidos por su pensamiento o por su compromiso con algún partido, en determinados momentos històricos de estos 200 años de vida, del
Paraguay independiente.

“¿Es paraguaya?”, preguntò un joven cartonero en la avenida Florida.

“Mi madre tambièn”, dijo, agregando un gentil piropo. Por las calles, en los centros comerciales, en el subte a la hora del regreso a la casa, luego de largas horas trabajando en las obras, en los comercios, en las casas particulares… miles de paraguayos reconocen la tonada de los visitantes y se hacen conocer. En cualquier parte del mundo, es maravilloso encontrar un compatriota que te traiga el aroma de la tierra, porque el techaga`u es la peor enfermedad que ataca a los paraguayos que han emigrado.

A la hora de la cena, en un conocido restaurant de la calle Callao, la carta ofrece, entre una gran variedad de empanadas criollas, la chipa guazù paraguaya. Muchos comercios han incluido varios platos nuestros porque entre sus comensales, es muy habitual tener paraguayos – residentes o visitantes- todos los dìas. Entonces, uno se siente bienvenido y honrado.

A diferencia de sus padres que han pasado miles de penurias, los hijos de los exiliados econòmicos o polìticos paraguayos, tienen una vida màs holgada y son beneficiarios del sistema de educación y salud, de manera gratuita. Esto les permite acceder a una mejor calidad de vida, e insertarse plenamente en la sociedad argentina. Navegan, sì, entre las costumbres argentinas y las paraguayas. Muchos se aferran a la cultura de sus padres y la preservan, otros, se integran totalmente al estilo rioplatense y se sienten algo extraños en las reuniones familiares donde se habla en guaranì. En esto, tiene mucho que ver la influencia de sus mayores y la manera en que le inculquen o no, el amor a sus raices.

Es muy importante recalcar otra vez, la generosidad de nuestros vecinos - aunque algunos polìticos en carrera quieren romper con esta tradición-, olvidando que los paraguayos pagaron con trabajo y làgrimas, la hospitalidad argentina. Y que contribuyen con una nueva generación de niños y jóvenes que ayudan a construir tambièn, una
nueva argentina.

Fuente:Diario La Nación, Asunción, Paraguay, 12 de mayo de 2011.-

sábado, 28 de mayo de 2011

El hombre que tradujo El Quijote al guaraní


Un homenaje a Félix de Guarania

El hombre que tradujo El Quijote al guaraní

Por Angélica Alberico


Fue escritor, investigador, traductor y, sobre todas la cosas, militante de su lengua de origen. Nacido en Paraguay, pasó gran parte de su exilio en la Argentina y murió hace unos meses en su tierra natal. La autora de esta nota fue su alumna.

Tiempos de descubrirnos como latinoamericanos, de tomar conciencia de que nuestra historia no comienza con la llegada de los barcos, de descubrir entre nosotros a los pueblos originarios con sus reclamos pero también con sus riquezas, creaciones y particular manera de ver el mundo. ¿2010-2011? No, eran los años que siguieron a la Guerra de las Malvinas, en esa época estaba entre nosotros un escritor paraguayo, profundo investigador de su primera lengua: el guaraní, conocedor de varias parcialidades guaraníes de Paraguay, no sólo por haber andado mucho sino por ser hijo, según contaba, de una aborigen.

Muchos de sus veinticinco años de exiliado los pasó en Argentina. Murió en su tierra natal el 14 de marzo de este año. Se llama Félix de Guarania (Félix Giménez Gómez) y merece ser recordado y valorado por su obra y por la coherencia de sus pensamientos y acciones. Ha muerto “Karaí arandu” tituló la prensa de su país (karaí: señor, al que se le reconoce autoridad, arandu: sabio). El presidente Lugo manifestó al saberlo: “Todos los honores nunca serán suficientes para él.”

Félix de Guarania nació en Paraguarí, en 1924. Tuvo, como él mismo dice, “una infancia de campesino”. De una inteligencia poco común, supo aprender en los padecimientos de su gente, pero también del extraordinario maestro que resulta el perfecto dominio de dos idiomas, su primera lengua: el guaraní, y el castellano de la escuela y las lecturas. Lo que sería ese niño genial fue profetizado por una tía abuela aborigen que lo llamaba “kavichu paje”, esto es: avispa mágica, que tiene poderes.

En su juventud, varias veces fue encarcelado, torturado, fue allanada su casa y desaparecieron sus textos literarios e investigaciones y reflexiones escritas sobre el estudio del guaraní. Las razones de esta persecución se pueden encontrar en su poesía, que revelaba los sufrimientos y las luchas populares, y en la coherencia que lo llevaba a exponerse cuando lo consideraba necesario.

Pasó por la crueldad del campo de concentración más tristemente famoso de la dictadura de Morínigo (Puesto Muñeca), junto con otros miles de presos políticos: estudiantes y obreros que participaban de huelgas y protestas. Los mantenían en condiciones inhumanas (casi sin alimentación, semidesnudos, trabajando a destajo, asediados por serpientes, piques, garrapatas) y aun así refiere: “Parte de las noches las pasábamos alrededor de fogatas, contando cuentos, chistes, experiencias de luchas, problemas de la vida. Y hubo muchos, analfabetos y semianalfabetos, que terminaron escribiendo poemas y cartas por sí mismos.”

Liberado gracias a la llamada “primavera democrática”, que resultó sólo un interregno entre persecuciones y gobiernos de facto, volvió a la universidad y, por su poesía combatiente y compromiso explícito en contra de las dictaduras debió pasar a la clandestinidad durante el gobierno de Stroessner. Sus escritos de esa época nunca fueron recuperados, pero quizá se encuentren alguna vez en los archivos recientemente abiertos de la dictadura. En 1964, cuando estaba a punto de finalizar su carrera de Letras, debió exiliarse junto con su esposa y sus cuatro hijos.

Félix anduvo por el ancho mundo hasta llegar a la Argentina. Lo conocí en aquel despertar a lo latinoamericano que se dio en los ’80. Enseñaba guaraní, había publicado varios libros de poemas y tenía materiales propios de reflexión y análisis de esa lengua. Tenía la dulzura de los sabios y era un referente para la comunidad paraguaya. En su trajinar por el mundo había producido textos literarios diversos que originarían libros de cuentos, teatro, poesía, géneros tradicionales, etcétera.

Al poco tiempo, mis clases de guaraní se convirtieron en encuentros especiales para leer juntos las recopilaciones registradas por León Cadogan entre las diversas parcialidades guaraníes. Félix llamaba a esos trabajos “adentrarse en la selva mágica”. Nos reuníamos en algún bar de Morón y pasábamos horas deslumbrados por la extraordinaria producción verbal y por las connotaciones que se podían descubrir al leer los textos en los dialectos originales. Produjimos así algunos artículos sobre esta literatura etnográfica.

Un día la dictadura de Stroessner cayó, como es el destino de todas las tiranías. Félix volvió a su país en 1989 y a partir de entonces comenzó una carrera contra el tiempo, publicando decenas de libros, sacando de su valija proyectos y proyectos que lograba dar a luz contra todo: contra la falta de recursos económicos, contra la cerrazón de muchos, y a favor siempre del idioma guaraní, porque aunque escribió muchas veces en castellano, su más grande aporte es su creación literaria en guaraní.

Junto con otros autores ha ido abriendo caminos y demostrando que escribir en esta lengua no es aislarse, como señalaban muchos, ya que existe la posibilidad de la publicación bilingüe y la traducción de obras, mucho más en un mundo de cultura globalizada como el actual. Félix de Guarania debatió, escribió, luchó por demostrar algo que un estudioso de cualquier idioma sabe, pero que sigue siendo cuestionado estereotipadamente por los que ignoran qué es una lengua: que en todos los idiomas puede expresarse cuanto el ser humano quiera expresar con la sola limitación que todas las lenguas tienen ante lo incomunicable, que se traduce en símbolo, en metáfora abierta a la multiplicidad de sentidos.
Diccionarios, libros de gramática, textos y materiales grabados para la enseñanza del idioma, fueron surgiendo de la mano de Félix y, en los últimos años, con la ayuda de devotos seguidores, su cada vez más completo diccionario enciclopédico de la cultura guaraní. Hay aún otro aporte en el que es precursor: la traducción al guaraní de textos literarios o de valor intrínseco como el bíblico, o la Constitución Nacional de Paraguay. Así tradujo, entre otros, a Bécquer, García Lorca, Marcos Ana, José Martí, Molière, el Martín Fierro y, recientemente, parte de El Quijote en una traducción libre en versos octosílabos que lo debe haber divertido mucho, ya que él era una especie de Quijote en sí mismo.

En los últimos años de su vida comenzó a cosechar reconocimientos en Paraguay: fue condecorado con la máxima distinción que puede recibir un ciudadano en su país y recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Asunción. Nada de esto lo cambió en lo más mínimo. Rodeado del amor de su familia y amigos y de la admiración de sus discípulos, con su dulce sonrisa mezcla de bondadosa comprensión e ironía, dejándonos más pobres y más solos, se fue por fin a la selva mágica con su pajé y su sabiduría… pero marcando caminos.

Publicado en Diario Tiempo Argentino, Buenos Aires,de Mayo de 2011

martes, 24 de mayo de 2011

El credo de los indignados

El credo de los indignados

Me indigno...
porque cada vez que quiero ser bueno
me escupen en la cara,
porque cada vez que quiero gritar
me anudan la garganta,
porque cada vez que quiero empezar
me cierran el paso,
porque cada vez que quiero trabajar
me clausuran las manos
y porque cada vez que quiero descansar
me sacuden la cama.

Me indigno...
porque cada vez que quiero soñar
me roban la luna,
porque cada vez que quiero cantar
me enmudecen la guitarra,
porque cada vez que quiero amar
me espantan con burlas,
porque cada vez que quiero vivir
me fusilan con mentiras
y porque cada vez que quiero morir
me condenan a llorar.

Me indigno
porque cada vez que quiero ser
el nacer me niegan.

Me indigno
porque cada vez que quiero crecer
me obligan a vegetar.

Y me indigno
porque cada vez menos quiero esperar
pues quiero ya hoy ser digno y libre.


*Del libro "Golpe de poesía", publicado en Paraguay por Ediciones Comuneros en 1986, de Gilberto Ramírez Santacruz

domingo, 22 de mayo de 2011

¡Paraguay canta y sueña en su Bicentenario Nacional!

mi paraguay

mi paraguay
una migaja de pan en la mesa
y unas manos alevosas tendidas
con facones que reparten heridas
sacándote lo poco que te queda

mi paraguay
un manjar en la historia americana
que los morgan a los perros tiraron
pero gaspar y los lópez te dieron
dignidad y revolución temprana

mi paraguay
yo soy un hijo fiel que te ha dejado
porque soy de un pueblo de tus entrañas
perdido lejos entre las marañas
sueño verte cada día liberado

mi paraguay
es gólgota de tantos inocentes
un perenne manantial de sudores
paraíso de los explotadores
donde sólo hay pobres y pudientes

mi paraguay
herencia en sucesión del mariscal
los legionarios usurparon su honor
vendiendo como esclava a la nación
pero igual resurgirá la libertad

mi paraguay,
yo soy un hijo fiel que te ha dejado
porque soy de un pueblo de tus entrañas
perdido lejos entre las marañas
sueño verte cada día liberado


paraguay canta

paraguay canta
a pesar de todos sus pesares
a pesar de todas sus quejumbres
en soledad y en las muchedumbres
paraguay canta sus cantares

paraguay canta
en las surgentes rumorosas que manan
en los ríos y sus desembocaduras
en las caídas de su historia más duras
en los sueños más caros que le demandan

paraguay canta
en el verdor intenso de sus paisajes
en el azul célebre de su cielo y lagos
en el ypacaraí de los enamorados
en el mbaracayu de selvas y boscajes

paraguay canta
en el paraná y en las luces de itaipú
en la luna energética de yacyretá
en los genios protectores del ypoá
en las letras y rúnicas del ybytyrusu

paraguay canta
en los duendes de la noche y del sol
en el jasyjatere y el karaí pombero
en el guaraní como gran guerrero
en los dueños de la palabra y el honor

paraguay canta
a pesar de todos sus pesares
a pesar de todas sus quejumbres
en soledad y en las muchedumbres
paraguay canta sus cantares

paraguay canta
en los hombres que resisten con esperanza
en la niña que acuna su muñeca con ternura
en el labriego que levanta su azada y lucha
en el pueblo inmolado en la triple alianza

paraguay canta
en la mujer que agencia su porvenir
en la madre que amasa la paz en su cocina
en el hombre que trabaja en su oficina
en los nobles obreros con overol y hollín

paraguay canta
en el pueblo que ganó a la historia falsa
en el hombre que dio su vida por la libertad
en el niño que mañana combatiente será
en los mítines donde al amor lo llevan en alza

paraguay canta
en el instante heroico de cerro corá
en la hazaña memorable de acosta ñu
en el quijote de pikysyry y paso pucu
en el azaroso final de humaitá

paraguay canta
a pesar de todos sus pesares
a pesar de todas sus quejumbres
en soledad y en las muchedumbres.
paraguay canta sus cantares

paraguay canta
en el altar de los milagros de caacupe
en la fuente de amor del ykua bolaños
en la tierra sin mal de antiguos sabios
en el salto mortal del jaguarete

paraguay canta
en los surcos sembrados de sueños
en la bandera heroica teñida de sangre
en la patria legada por grandiosos padres
en los aborígenes y comuneros

paraguay canta
en los albores de su historia de patria
en la nación de iguales de lambaré e irala
en el ideal de mena mompox y antequera
en las obras y gestas de los lópez y francia

paraguay canta
en todas las batallas y las guerras
en las que ha perdido y en las ganadas
en curupayty y uruguayana
en contra de la alianza e Inglaterra

paraguay canta
a pesar de todos sus pesares
a pesar de todas sus quejumbres
en soledad y en las muchedumbres
paraguay canta sus cantares

paraguay canta
en los mutilados de la guerra del chaco
en el territorio que con sangre regaron
en los brigadistas que a España llegaron
en la república de poetas que los atrajo

paraguay canta
en los logros de la revolución de febrero
en concepción y sus montoneras
en el resurgir de la historia verdadera
en los héroes y sus derroteros

paraguay canta
en la democracia y su primavera
en la resistencia a la guardia urbana
en las guerrillas y ligas agrarias
en la paz como estrella y bandera

paraguay canta
en las marchas ensordecedoras del silencio
en las voces inaudibles de los olvidados
en el hogar de los pobres y desheredados
en el sueño de una patria sin privilegios

paraguay canta
a pesar de todos sus pesares
a pesar de todas sus quejumbres
en soledad y en las muchedumbres
paraguay canta sus cantares

paraguay canta
en la víspera y madrugada de san blas
en los soldados que rodearon al dictador
en el pueblo que su libertad cantó
en los carlos que obraron por los demás

paraguay canta
en las jornadas del marzo paraguayo
en los mártires que ofrecieron su vida
en la libertad que fue redimida
en el espíritu de los próceres de mayo

paraguay canta
en el despertar del pájaro campana
en el alba de campesinas y chiperas
en el cielo de las musas asuncenas
en los perfumes de naranja y guayaba

paraguay canta
en los artesanos que moldean día a día
en las tejedoras del aó po´í y ñanduti
en el azahar de naranjos y lima sutï
en las vendedoras de suerte y lotería

paraguay canta
a pesar de todos sus pesares
a pesar de todas sus quejumbres
en soledad y en las muchedumbres
paraguay canta sus cantares

paraguay canta
en sus poetas músicos y cantores
en su lengua de miel y cuchillo
en etiguará ñesu y natalicio
en ortiz guerrero y asunción flores

paraguay canta
en el dolor que tanto amó barrett
en los personajes de julio correa
en los cuadros de holden jara y soler
en la ceniza redentora de campos cevera

paraguay canta
en sus leyendas mitos y el payé
en el arpa bruja de pérez cardozo
en el arsenio erico del diablo rojo
en la guitarra brava de mangoré

paraguay canta
en las letras indelebles de roa bastos
en los versos de elvio romero y Emiliano
en el canto genial de maneco galeano
en las polcas y guaranias de sones vastos

paraguay canta
a pesar de todos sus pesares
a pesar de todas sus quejumbres
en soledad y en las muchedumbres
paraguay canta sus cantares

paraguay sueña

“fulgura en mis sueños una patria nueva
libre de ataduras nativas o extrañas

patria sin muralla para el pensamiento
libre como el viento sin miedo a metrallas

donde alegren trinos de son libertario
a los proletarios y a los campesinos”


carlos miguel jiménez / agustín barboza


paraguay sueña
sueña como un niño en colores
en cosas maravillosas que sólo caben en su mundo
en una fiesta donde todas las madres ríen de placer
porque a ninguna se le ha muerto su niño de hambre
a nadie se le fue un hijo lejos en busca de trabajo
tampoco nadie permite el analfabetismo para su pequeño
y porque la orfandad no tiene lugar en su diccionario

paraguay sueña
sueña como un artista en sus obras
en una patria construida para la felicidad de todos
en una sociedad que debe llamarse hermandad
donde el dolor de uno es llanto para los demás
como también una alegría se comparte como el pan
donde el otro es la piel extendida de la propia alma
como el corazón que late al son del sueño popular

paraguay sueña
sueña como un hombre de su tiempo
al empuñar su historia llena de ejemplos y enseñanzas
al sopesar su presente sembrado de luchas e ideales
al desvelar su futuro infalible de hondas realizaciones
para el pueblo que desecha las penurias estériles
y sacude los umbrales del cielo con sus herramientas
y clava en la tierra su consigna de la eterna libertad

paraguay sueña
sueña como un prócer abanderado de su patria
o aquel glorioso guerrero guaraní que dio su hospitalidad
al recién llegado y a los que vinieron posteriormente
aquellos mancebos de la tierra y padres de ciudades
esos comuneros legendarios que no ahorraron sangre
los fantasmales de curupayty y los niños bravos de acosta ñu
los duendes y genios pynandíes del chaco y su machete

paraguay sueña
sueña como un pueblo verdadero
con una nación hermosa que signifique solamente gente feliz
donde la educación sea sinónimo de una inmensa dignidad
donde los niños conjuguen la libertad como el mejor verbo
y los mayores repasan la lección de la sangre derramada
para cubrir la geografía entrañable de futuras agresiones
y así soñar con una luna nueva y un perfecto amanecer

paraguay sueña
sueña como un pueblo verdadero
con uñas y dientes si hace falta
y sepan que no ha perdido su batalla
sólo ha postergado su victoria
y no ha dejado nunca de soñar como un niño
como un artista como héroe ni hombre de su tiempo
paraguay sueña imperturbable en cada despertar

Gilberto Ramírez Santacruz

jueves, 19 de mayo de 2011

Ortiz Guerrero y su Breviario Laico


El apóstol de la nueva generación
y su Breviario Laico (a Juan Stefanich)*


Por Manuel Ortiz Guerrero**

De pie con bizarra gallardía de luchador, frente al grupo selecto, habló el elegido. Su cabeza pensadora como agitada por un inmenso turbión de ideas, las órbitas hundidas para ver mejor dentro las almas, y en el fondo de esa espléndida lobreguez los ojos cual dos chispazos trágicos. Al hablar de humanidad su voz, cobra acento de trueno aprisionado; pero al modular, por la gama sutil de la armonía, queda convertida por el arte en suspiro. Voz de trueno convertida que se diría arrancada por manos suprahumanas y trasladada con la dulce vaguedad de una caricia a una luciente y primorosa mañana de septiembre tropical.

Y así habló el apóstol de la nueva generación:

“Avanzad en la senda sin detenerte. Que sea cada espina, ornamento de las flores del mal, que se insinúa en vuestro pecho en busca del corazón, impulso para saltar sobre el obstáculo. Que cada lágrima que derramen vuestros ojos haga germinar sobre la arena estéril un rosal maravilloso de amor. Pero a pesar de todo, sed avaros de vuestras lágrimas.

Preparad a las almas para las conquistas del siglo, creed con fe inquebrantable en la ciencia y no reconozcáis más persona divina que la libertad. Que la ciencia forme el ejército de la Libertad. Invencible ejército en que cada soldado sea una idea.

Construid vuestro destino y dadle por cimiento la potencia triunfal de la voluntad. No dudéis de las almas.

Jardineros gentiles de la idea, buscad la aclimatación de las flores del bien hasta en la ciénaga. Y si ella no reconoce el amor de la maternidad, dejadle como tierra fecunda un retazo de vuestra alma. Recordad que en cada desierto hay un oasis y un lodazal en cada valle. Acrecentad el oasis y sembrad el lodazal.

No reneguéis del pasado; pero no vuelvas a él.

Cuando tengáis sed del bien —ansia divina— no lo esperéis del cielo, no tendáis las manos unidas en concavidad mendicante; cavad vosotros mismo el pozo que os dé el agua. Cavad un pozo profundo, y si la piedra del mal os lo impide, hacedla pedazos con valor indomable, aunque sea con vuestras propias uñas y trasformadlo en fuente eterna.

Si tenéis sed del mal, huid de la bahía encantada donde habitan sus sirenas espléndidamente bellas y de mágico cantar. Huid con la cara tapada, sino vuestro destino se convertirá en una maldición. Haced de vuestro “Yo” el centinela de la virtud.

Pasad por el mundo como un rayo de luz; que la vida os sirva de espejo: sobre su terso cristal reflejad vuestra alma hacia la verdad; en el prisma de la lucha refráctala hacia el bien y tras el cristal convergente del estudio amplificadla hacia la belleza.

Mirad siempre la cumbre sin despreciar el abismo.

No os dejéis vencer por la debilidad y en el campo de batalla del pensamiento no reconozcáis la cobardía incalificable de los términos medios.

Dejad de servir a una idea si la comprendéis mal o no sabéis sostenerla. Cuando aparezca en el horizonte de vuestro planeta moral la hosca nube del materialismo irritante y grosero, cobijaos bajo el espíritu de la estirpe (raza) madre. Defended sus prerrogativas de ideal, herencia de los siglos. Pensad que en todos los continentes hay pueblos absorbentes que gustan de la voluptuosa sensación del poderío sobre la carne débil de los pequeños. Desconfiad de los fuertes.

No vayáis más allá de los extremos, que en ellos está agazapado el fanatismo como el jaguar tras de la roca.

No impongáis a vuestra conciencia ningún dogma, pues en el fondo todo dogma encierra sus odios, como toda primavera sus tormentas.

Combatid el vicio

Cuando la ciencia llegue al misterioso arcano donde la luz del cerebro no ilumine, creed en un ser supremo, fuerza o espíritu, pero no en un dios ridículo y cruel, cómplice de tiranías, que arma guerras santas, que deja sin patria a pueblos. Creed en un dios, fuerte y grande, que no intervenga en las querellas del egoísmo, fruto de humanidad. Forjad vuestro Dios de acuerdo a vuestra conciencia.

Ante la desgracia, sed el respeto; ante la injusticia, convertid vuestro carácter en un puño cerrado. Musitad un solo rezo y un canto infinito: amor. Tened fe en vuestro destino”.

*Compilado por Catalo Bogado Bordón, de la revista Órbita, páginas 5 y 6, del año 1922.

**Manuel Ortiz Guerrero, poeta y ciudadano, nació en Villarrica el 16 de julio de 1894 y murió en Asunción el 8 de mayo de 1933.

Fuente:Suplemento Cultural de ABC, Asunción, Paraguay, 15 de Mayo de 2011.

domingo, 15 de mayo de 2011

¡Elvio Romero brilla por su poesía...!

Elvio Romero con su voz poética intacta
en la Feria del Libro de Buenos Aires


Era el último día de la 37ª Feria del Libro de Buenos Aires,la cita fue en la Sala Adolfo Bioy Casares, el 9 de mayo al final de la jornada, se presentaba el excelente libro del compositor y escritor Enrique Llopis, Cielito del Paraguay, un perfil de Elvio Romero, publicado en Coedición por las editoriales De Aquí a la Vuelta y CCC(Centro Cultural de la Cooperación),una de las valiosas obras recientemente editada sobre uno de los mayores poetas del Paraguay.

Asistimos los amigos, familiares y admiradores de Elvio, con el mismo entusiasmo y placer que nos producìa una invitaciòn del poeta a sus encuentros poèticos o a su casa.Llovieron los recuerdos y emociones entre los presentes,el espìritu de Elvio reinaba en la sala, con sus figuras poèticas entrañables del Paraguay profundo de que tanto nos habla en su inmensa obra, tan profundo que horada el universo para envolver a la humanidad con sus sueños de libertad y amor inclaudicable por los pobres que claman su redenciòn, sus innombrables pobres de la tierra.

El acto se abriò con las palabras amenas y oportunas del editor Jorge Testero, valorando el aporte de Elvio Romero no sòlo a la poesìa paraguaya sino a las letras hispanoamericanas y como tal anunciò tambièn la pròxima presentaciòn de su Obra Completa en Buenos Aires, también publicada en Coedición por las editoriales De Aquí a la Vuelta y CCC, cuyos voluminosos ejemplares estaban exhibidos junto al libro de Enrique Llopis. Referido a la obra Cielito del Paraguay dijo que es un trabajo literario de LLopis muy loable, por ser un testimonio directo de alguien que compartiò con el poeta sus mejores momentos de creaciòn, tambièn sus lacerantes palpitaciones de hombre militante por los ideales polìticos de su tiempo.

Acto seguido, tomò la palabra Ariel Romero, hijo de Elvio y Elida quien asistìa tambièn junto a su hija Zulma, para agradecer por el permanente homenaje que recibe su padre por las personas que siémpre valoraron y valoran su legado poètico, especialmente Enrique Llopis y otros compañeros que bregan por su memoria. Asimismo, resaltò el esfuerzo de la editorial y la apuesta poètica que hace por la obra de su padre que ha vivido y desvivido por sostener con dignidad su poesìa como una antorcha de esperanza para las generaciones venideras.

Coincidimos con el editor y Ariel Romero, sobre el inmejorable aporte literario de Enrique LLopis, trayendonos un conceptuoso ensayo sobre nuestro admirado poeta Elvio Romero, presentando suscinta y maravillosamente el contexto històrico en que se desarrollò el Paraguay y su cultura, el itinerario de lucha del pueblo paraguayo y del propio poeta que nunca fue ajeno al dolor de su tierra y menos de sus quemantes sueños de libertad. El libro Cielito del Paraguay, un perfil de Elvio Romero, nos trae, ademàs de la reseña històrica y semblanza biogràfica brillante, un disco conteniendo las mejores canciones compuestas y editadas por Enrique LLopis sobre los versos màs memorables del poeta.

Con un reflejo admirable, Enrique Llopis invitò a leer unos poemas a la periodista Judith Vera, actual directora de Radio Nacional del Paraguay, amiga entrañable y promotora incansable de la obra de Elvio Romero, salpicando al acto con agua bendita de los sueños del poeta, recitando el poema Los innombrables "verso a verso" como un manifiesto poètico y "golpe a golpe" como un martillo a la conciencia que aùn tolera la realidad de los pobres, realidad contra la que tanto el poeta ha tallado.

Cuando parecìa que el acto habìa llegado a su nivel màximo de exaltaciòn de la figura de Elvio Romero y los recuerdos ya nos habìan soltado en el tobogàn de las emociones, alguien acercò un grabador con la voz del poeta en punta, una forma ya recurrente que encuentra Elvio para estar presente siempre,a travès de sus confabulaciones e innumerables duendes de la poesìa: "No siempre el poeta debe sostener los puños cerrados y en alto, a veces debe bajar y abrir esos puños, para que esas manos recuperen su oficio de sembrar, tomar una guitarra, ofrecerce en un apretòn de manos o acariciar el cuerpo de una mujer...La poesìa sin amor es fallida o no existe. La poesía si no rescata al hombre de su condiciòn opresiva por naturaleza y causas històricas resulta estèril o se vuelve un mero suspiro en medio del torbellino de la realidad.Ya lo dijo aquel gigante de la poesìa, Walt Whitman, el que camina una sola legua sin amor camina amortajado hacia su propio funeral.Y el que toca esta obra, no toca el libro, toca al hombre."

domingo, 8 de mayo de 2011

Estación Villa Rica en Buenos Aires


Presentación del libro “Estación Villa Rica”

Con Exposición fotográfica y Proyeccion Velada Teatral

“Estación Villa Rica – Comedia Paraguaya” de Pedro Juan Paredez Arguello.

Domingo. 08 de mayo 2011-12:00 hs

en la Sede Social del Centro Amigos Guaireños de La Matanza

La presentación estará a cargo del escritor y periodista paraguayo Don Gilberto Ramìrez Santacruz

El prologuista del libro, Lic. Alcides Nicolichia refiriéndose al libro expresa. Una vez más Pedro Juan Paredes Arguello nos sorprende con una obra escrita denominada “ESTACION VILLARRICA” en la cual su dinámica, alegre e histórica pluma nos cuenta sobre una parte importantísima de la comuna guaireña que es la del barrio estación en donde se haya instalada el ferrocarril Carlos Antonio López que por su influencia, dicha parte de la ciudad gravito en la parte económica y administrativa de la ciudad de Villarrica del espíritu santo de 1800 para adelante. La llegada y la partida del tren de cargas siempre ha sido una historia a parte en la vida de la ciudad de Villarrica del espíritu santo con sus personajes propios con las personas que trabajaban en las distintas actividades, desde el jefe de estación hasta el lustra botas, la yuyera, el soldado, la chipera, los que vendían la uva ( hasta Sixto Poquito) quien se encargaba con su enorme turu a anunciar la llegada y la salida del tren .

La obra de Pedro Paredes nos lleva a un viaje imaginario en donde existen personajes que en algunos casos son ficticios y que en algunos casos llegaron a representar una época extraordinaria de la vida cultural y social guaireña más de ser una obra que encierra una rica vivencia alegre también nos presenta a la mujer paraguaya al hombre paraguayo y al mita.i churi que vivía en base a lo que podía producir y vender en su dura subsistencia diaria. La obra en sí nos hace pasear en una realidad social y cultural en el cual Villarrica vivió la última década del 1800 y las primaras décadas del 1900. Ese silbato del tren comenzaba siempre a hacernos vivir una mañana o un atardecer y un amanecer diferente en el relacionamiento de los vecinos del populoso e histórico Barrio Estaciona sí mismo la ida y la partida de ese mágico medio de transporte ya sea hacia la capital o ya sea más hacia el interior del país siempre nos señalaba un derrotero muy diferente en la existencia de los habitantes de la ciudad de Villarrica. Hoy esta obra nos acerca en la distancia de lo que fue la estación de tren del ferrocarril Carlos Antonio López. Están en la persona que apreciaran en esta nueva obra de Pedro Paredes , lo maravilloso, lo rico y lo sabroso haber sido y haber vivido una de las épocas más ricas del quehacer socio cultural, económico y administrativo de una ciudad que cobraba vida cuando partía o venia el tren.

Además del texto teatral, el material bibliográfico editado por el sello Editorial Villa Rica, tiene en la introducción la historia cronológica ferroviaria desde el Gobierno de los López hasta la última llegada del tren a Villarrica.

viernes, 6 de mayo de 2011

El Tren Rojo pasa por Buenos Aires

El próximo domingo 8 de mayo, en el Pabellón de Paraguay, se llevará a cabo la presentación de la Revista de Poesía Tren Rojo, editada en Paraguay, en la Feria del Libro de la ciudad de Buenos Aires.

La hora fijada es a las 15 horas. Mario Sampaolessi, poeta argentino, se referirá a la revista y las posibilidades de integración con poetas de esa ciudad, y Gilberto Ramírez Santacruz sobre la importancia de la misma en el seno de la comunidad paraguaya en Buenos Aires.


Hay que mencionar que Tren Rojo pretende rescatar las voces olvidadas de nuestros poetas y difundir su mensaje; por otro lado, también la de presentar a los nuevas figuras de la poesía paraguaya y latinoamericana.

Se propuso así mismo homenjear a los máximos exponentes de la poesía paraguaya contemporánea y lo hizo en todos los números editados a la fecha. En las próximas ediciones se pretende homenajear a Omar Lara, gran poeta chileno y de esa manera abrir vasos comunicantes con poetas de América hacia el interior del Paraguay. Ricardo de la Vega, director de Tren Rojo también dirigirá unas palabras al auditorio en la presentación.

Fuente:Gacetilla de Prensa