domingo, 30 de enero de 2011

"Los sin tierra no tienen tierra porque no quieren...!" Parte II


Kaguetî

Vengan todos padres, hijos, hermanos,
traigan palas machetes y azadas;
llegó la hora de obrar con las manos,
pues la tierra es de quien la trabaja.

Marchemos juntos, el sol acompaña,
que vea el mundo lo que puede el pueblo;
si la voluntad atrapa sus entrañas
toda esperanza se convierte en hecho.

Kaguetî la tierra de los sin tierra,
ejemplar avanzada campesina;
hijos de chacorés y residentas,
soldados cuando la patria los precisa.

Vengan todos madres, niños, familias,
rompamos las tranqueras del futuro;
terminen la espera y la vigilia,
marchemos juntos hacia el sueño puro.

Miremos más allá del alambrado,
avancemos que la tierra nos llama;
ya por ella murieron en el Chaco
nuestros ancestros que hoy nos reclaman.

Kaguetî la tierra de los sin tierra,
marcha imparable a la tierra sin mal;
contra el hambre y la represión ciega,
campesinos con su coraje sin igual.


G.R.S.
(Cantata de Los sin tierra)

Paraguay: la lucha por la tierra y la reforma agraria .


Sin una reforma agraria, no hay posibilidad de reactivar la economía paraguaya estancada desde hace varios años”, afirmó Mirta Barreto, quien presentó su libro "Tierras Mal Habidas", durante el ciclo de Cátedras Bolivarianas que coordina el periodista Carlos Aznarez. En su libro, la escritora, periodista e investigadora paraguaya relata de modo llano, el proceso de continuo despojo que sufren los campesinos paraguayos desde la finalización de la Guerra de la Triple Alianza hasta la actualidad. Refleja asimismo, cómo el pueblo paraguayo padece los constantes y sangrientos avasallamientos represivos, promovidos por intereses de la burguesía local y extranjera.

“En Paraguay cuando hablamos de organizaciones sociales, el mayor peso lo tienen las organizaciones campesinas”, destacó Barreto. Agregó que en los gobiernos posteriores de la dictadura nunca figuró la reforma agraria en el proyecto político y que “lo poco o mucho que la gente fue logrando fue mediante los muertos, la lucha y las ocupaciones.

La escritora paraguaya continuó planteando a los presentes el actual panorama político que pone en vilo a la nación guaraní. Destacó que Fernando Lugo, candidato opositor al partido colorado, posee numerosas posibilidades de cara a las elecciones del próximo 20 de abril de 2008. “La duda se plantea en que las dos mayores organizaciones campesinas: la Federación Nacional Campesina y la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas, no apoyan el proyecto de Lugo frente a la posible alianza con Lino Oviedo, personaje siniestro para nuestro pueblo”. Dicha circunstancia restaría confianza al candidato por la coalición opositora Concertación Nacional.

El sin fin del destierro guaraní
““Desde los primeros años de la independencia del Paraguay, la afirmación de la soberanía estuvo directamente ligada con la política de distribución y tenencia de las tierras (Tierras mal habidas, Mirta Barreto, Pag 16, Asunción 2006). Durante el gobierno del Dr. Francia, apoyado por parte de amplios sectores de la población rural, se llevó acabo una “particular experiencia” de Reforma Agraria en América Latina. Reforma que le permitió a vastos sectores de la población rural e indígena acceder a la tierra y trabajarla, ya sea siendo propietario de la parcela o arrendándola al Estado. Está medida formaba parte de la implementación de una política económica de autoabastecimiento.

A partir de esa reforma agraria y la posterior expropiación de vastos sectores de tierras por parte del gobierno de Carlos Antonio López, la política de tierra se fue mutando en un paulatino entreguismo de los gobiernos cipayos de turno. Barreto sostuvo que existen tres períodos claves para comprender la vigente problemática que afecta a la hermana República del Paraguay: la finalización de la guerra de la Triple Alianza, la contra reforma agraria stronista y la actual etapa post stronista. Todo este histórico proceso estuvo acompañado del consentimiento pleno de los voraces e inhumanos intereses capitalistas, que segregaron y desterraron al campesino y al indígena de sus legitimas tierras.

Luego de la guerra, el gobierno paraguayo decidió vender gran parte de las tierras fiscales con el objetivo de pagar deudas internacionales contraídas en relación con el conflicto. Por dicha medida, surgieron hacía fines del siglo XIX los grandes latifundios, mayoritariamente en manos de extranjeros con fines especulativos. Uno de los más vergonzosos casos es el de Carlos Casado de Alisal, quien llegó a adquirir increíble cantidad de unas 5.625.000 hectáreas (cinco millones seiscientas veinticinco mil hectáreas), violando la ley de tierras públicas vigente, que en ese entonces limitaba las extensiones.

“Durante la dictadura de Alfredo Stroessner las tierras eran utilizadas como premios a militares y sus amantes, empresarios extranjeros y partidarios políticos”, señaló Barreto. Escudándose en el marco de la antidemocrática “legalidad” propiciada por el dictador, junto con la complicidad del Instituto de Bienestar Rural (IBR), la entrega de tierras fraudulenta se generalizó y se transformó en un engranaje de la maquinaria stronista. Párrafo aparte merece el accionar del IBR, quien disponía de las tierras fiscales o afectaba a las grandes propiedades para asignarlas a los pequeños agricultores, quienes por la falta de subsidios se veían obligados a vender las tierras a los mismos empresarios especuladores. Por ende, Strossner incentivó una devastadora inserción de los capitales multinacionales que ahogaron a los pequeños productores. A este proyecto de país enarbolado por el dictador Stroessner, se le enfrentó una férrea resistencia campesina (encabezada por las Ligas Agrarias Cristianas, con el apoyo de la Iglesia Católica) que fue reprimida brutalmente y en la que varios compañeros dejaron la vida por la causa. Esta etapa dejó unas 12 millones has de los mejores recursos naturales del país en pocas manos a costas del hambre, sudor y sangre de miles de paraguayos.

En la etapa de transición luego de la caída de la dictadura en 1989, el conflicto por las tierras se agudizó. Los mismos grupos beneficiados durante la etapa stronista se encuentran manipulando los hilos de la marioneta política mediante el fraude y la corrupción. A la explotación ganadera y especulación financiera, principales utilidades que se le daban a las tierras mal habidas, se le sumó la creciente demanda para el monocultivo de la soja. De este modo se generó la denominada “agricultura sin campesinos”, la galopante deforestación catastrófica del monte paraguayo y una literal fumigación e intoxicación de los lugareños. El nivel de desempleo y subempleo trepó al 35%, dando como resultado 200 mil familias sin tierra y una creciente diáspora de miles de paraguayos hacia los centros urbanos y posteriormente a otros países como Argentina y España. Consolidados los latifundios y hartos de lidiar con la negligencia burocrática del estado, las organizaciones campesinas recurren a la ocupación de las tierras, defendiendo hasta las últimas consecuencias lo que es suyo por derecho y negado por el gobierno.

Fuente: www.seranoticia.blogspot.com

La tierra, devastada por el lucro

Por Cecilia Colinas

.El problema de la tierra será altamente abordado en el IV Foro Social de las Américas (FSA), con las organizaciones sociales paraguayas y las del resto del continente que participarán. La periodista, investigadora y escritora Mirta Barreto, nos habla sobre esta temática en Paraguay, en donde la especulación de la tierra, es realmente dramática.

Mirta Barreto, autora del libro “Tierras malhabidas” menciona que en Paraguay la cuestión de tierra está ante dos problemas, por un lado, la inequidad en distribución de la tierra y por otro es el modelo de producción.

En cuanto al modelo de producción Mirta Barreto hace referencia al modelo agro exportador que está teniendo mucho éxito para los propietarios de inmensas extensiones de tierra que se dedican principalmente al cultivo de soja transgénica, producción que hoy día al igual que la ganadería, tira al tacho las leyes ambientales, devorando bosques colosales al paso de los tractores y otras maquinarias y contaminando cauces hídricos de comunidades enteras con agroquímicos o agrotóxicos.

Cuando hablamos de productores, pareciera que estamos hablando de los “grandes agro exportadores” los campesinos paraguayos también son productores de alimentos pero el problema fundamental es el modelo de producción, menciona Mirta y continua diciendo que el modelo agro exportador es excluyente, beneficia a muy poca gente y excluye a muchas otras. Ese es un modelo que utiliza muchísima tierra y no emplea mucha mano de obra, ni siquiera para changas, -500 hectáreas se calcula que es manejada por una o dos personas, en cambio en un modelo de producción más sustentable 10 hectáreas da trabajo a 4 personas.

Para Mirta Barreto el Paraguay podría ser un gran exportador de alimentos sanos, pero eso implicaría una reforma, cambiar absolutamente la estructura productiva. Los agro exportadores hablan de inversión cuando se produce a su modo, pero Mirta cuestiona tal afirmación “inversión no es venir a plantar soja, eso es especulación pura y dura”.

Proyecto para gravar granos En la actualidad se plantea gravar un impuesto del 12% a la exportación de granos y los gremios industriales pegan el grito al cielo. En cualquier país del mundo se paga, “es lo lógico. De algún lugar tiene que salir el dinero para paliar el daño que se hace al ambiente, y a las comunidades campesinas que habitan la zona”, añade la investigadora.

Inequidad en la tenencia de la tierra
Como señalaba al principio Barreto, Paraguay es un país en donde el 2% de la población tiene el 80% de las tierras. Es un nivel de distribución incomprensible. Son datos aproximados porque aquí nunca se hizo un catastro de las tierras y según la ONU, Paraguay tiene el nivel más alto de concentración de tierras en el mundo, junto con Brasil.
El problema en la distribución de la tierra es añejo, y data de los primeros años de la posguerra, ya que desde el año 1864 al año 1870 Paraguay fue único enemigo de tres países vecinos, dos de ellos más grandes en territorio y población, Argentina y Brasil. Uruguay fue el otro país que también impuso balas al progreso paraguayo. La guerra dejó mermada a la población paraguaya, empobreció al país que fabulosamente salía adelante y era ejemplo en medio de América, rodeado de otros países y sin salida al mar. Luego de la guerra Paraguay nunca más pudo llegar ser una nación sobresaliente.

Como medida para levantar la economía ruinosa nacional, se implementaron durante la presidencia de Bernardino Caballero (1880 – 1886) leyes de venta de tierras y yerbales fiscales. Así se puso en marcha el proceso de privatización de la tierra y los bosques. Estas leyes no establecían límite alguno en cuanto a extensiones máximas, ello dio origen a latifundios, como recurso especulativo más que de producción. De ese modo Carlos Casado llegó a tener 5 millones de hectáreas en el Chaco. “Acceder a la tierra pública ha sido muy fácil y sigue siendo”, comenta Barreto.

Reforma Agraria



Mirta Barreto afirma que básicamente los poderes económicos y políticos no están de acuerdo con la reforma agraria, porque ejecutar la reforma agraria implicaría tocar y modificar los intereses de los poderosos. En tiempos de transición en Paraguay se pudo hablar de todos los temas menos “la tierra”. Esta sigue siendo una cuestión intocable, imposible de modificar. Para que se aborde a profundidad implicaría redistribuir la tierra definitivamente. La población campesina está afuera, no tiene lugar, se lamenta, y continua diciendo que hay un alto nivel de expulsión con el agronegocio.

Y por último Mirta Barreto culmina diciendo punzantemente, desde su punto de vista “la tierra no puede ser una mercadería que se compra y se vende como cualquier cosa, porque es un espacio vital para todo ser vivo”.

Fuente: Radio Fe y Alegría. Junio de 2010.-

HERENCIA


Mi Paraguay...
una migaja de pan en la mesa,
unas manos alevosas tendidas,
con facones que reparten heridas,
sacándote lo poco que te queda.

Mi Paraguay...
un manjar en la historia americana,
que los Morgan a los perros tiraron;
pero Gaspar y los López te dieron
dignidad y revolución temprana.

Mi Paraguay...
yo soy un hijo fiel que te ha dejado,
porque soy de un pueblo de tus entrañas,
perdido lejos entre las marañas,
sueño verte cada día liberado.

Mi Paraguay...
herencia en sucesión del Mariscal,
los legionarios usurparon su honor,
vendiendo como esclava a la nación,
pero igual resurgirá la libertad.

Mi Paraguay...
es un gólgota de tantos inocentes,
un perenne manantial de sudores,
paraíso de los explotadores,
donde sólo caben pobres y pudientes.

Mi Paraguay...
yo soy un hijo fiel que te ha dejado,
porque soy de un pueblo de tus entrañas,
perdido lejos entre las marañas,
sueño verte cada día liberado.


Gilberto Ramírez Santacruz
(Cantata de Los sin tierra)

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