sábado, 31 de octubre de 2009

Felicitaciones, maestro literario y padre espiritual: Ramiro Domínguez, Premio Nacional de Literatura 2009 en Paraguay



Felicitaciones, maestro literario y padre espiritual: Ramiro Domínguez, Premio Nacional de Literatura 2009 en Paraguay

Sábado, 31 de Octubre de 2009

"Hay que trabajar con los jóvenes y dejar de lado a los figurones"
El autor de Primeros Poemas, obra con la que fue galardonado, invita a despertar a la juventud para que sea protagonista en la literatura. Considera necesario crear espacios de debate sobre temas instalados en el imaginario colectivo del Paraguay.
"DESCONCIERTO, SATISFACCIÓN Y ALEGRÍA" FUERON LOS SENTIMIENTOS QUE EMBARGARON A RAMIRO DOMÍNGUEZ TRAS ENTERARSE DE QUE HABÍA GANADO EL PREMIO NACIONAL DE LITERATURA 2009, AYER, POCO DESPUÉS DEL MEDIODÍA.
EL GUAIREÑO ES CONOCIDO POR SU PERFIL BAJO Y SILENCIOSO. Sin embargo, trabaja de forma incansable desde hace décadas en el ámbito de la cultura.
EL POETA, SOCIÓLOGO Y ANTROPÓLOGO, AUTOR DE PRIMEROS POEMAS -OBRA CON LA QUE SE INSCRIBIÓ PARA EL REFERIDO GALARDÓN-, CONCEDIÓ UNA ENTREVISTA A ÚLTIMA HORA EN LA QUE HABLÓ DE SU ESTILO, DE LA NECESIDAD DE DESPERTAR A LA JUVENTUD PARAGUAYA Y DE SU DESEO DE CREAR ESPACIOS PARA REMOVER LUGARES COMUNES DEL IMAGINARIO COLECTIVO. El encuentro con el intelectual se desarrolló en la Biblioteca Municipal de la Manzana de la Rivera.

-¿Qué significado tiene para usted haber sido electo ganador?

-Estuve reflexionando y creo que fundamentalmente representa un viraje en cuanto al enfoque del hombre paraguayo en la literatura.

-¿Puede explayarse?

-Tradicionalmente la literatura del siglo 19, sobre todo, y mediados del 20, enfatizaba un aspecto romántico e idílico de la mujer y del hombre paraguayos. Por su parte, la generación del 40 tuvo un enfoque más ideológico. En mi caso, desde un comienzo traté de tocar el pro y el contra de las cosas. Es una literatura de contrapunto.

-Su trabajo intelectual abarca la sociología y la poesía. ¿Con cuál de ellas se siente más identificado?

-Con ninguna. La literatura es creación, autoexpresión. En cambio, el enfoque socioantropológico es una lectura más objetiva, más crítica de la realidad. Creo que en ellas se me fue la vida.

-Usted dice "se me fue la vida", pero sigue en plena actividad. ¿Cómo ve a nuestros jóvenes?

-Ellos deben recuperar el protagonismo que tuvo históricamente el joven paraguayo. En la cultura moderna se hace un proteccionismo del joven; es el eterno adolescente que no acaba de crecer y que es muy hijo de su mamá y de su papá. Entonces, es un alienado.

-¿Y de dónde viene este concepto?

-La sociedad moderna fabrica esa situación de dependencia. Es algo que se debe combatir.

-Y en el campo literario, ¿cuál es el panorama?

-Es bueno. El otro día participé de la entrega de un galardón en un club social y entre los ganadores había un escritor de tan solo 13 años. Además, había otro de 25 que ya había logrado premios. Hay que trabajar más con los jóvenes, y dejar atrás a los figurones de siempre.

-Siempre hay algo por hacer. ¿Tiene algún deseo incumplido?

-Si pudiera, me gustaría que se destinaran recursos para fomentar el debate sobre ciertos asuntos muy arraigados en el colectivo imaginario del Paraguay.

-¿Cuáles son esos temas?

-Me refiero a que hay que debatir sobre el Paraguay de Cecilio Báez, "el de los cretinos", y el de Manuel Domínguez, "el de los grandes logros". Tenemos que ir revisando nuestra realidad.

DESDE EL GUAIRÁ

Ramiro Domínguez nació el 14 de abril de 1930 en Villarrica. Pertenece a la denominada Generación del 50. Estudió en el Colegio San José (Asunción) y se doctoró en Derecho en la Universidad Nacional de Asunción. Fue uno de los fundadores del Centro de Estudios Antropológicos del Paraguay.

En su producción como autor destacan El valle y la loma, Zumos y Poemas del Exilio.

Además, escribió piezas teatrales como Fantasía Coral y Cantata heroica a Pedro Juan Caballero.

Con el Premio Nacional de Literatura, instituido por el Congreso Nacional, Domínguez recibirá G. 70 millones.


Por Marco López
Diario ULTIMAHORA, Asunción,Praguay, 31 de octubre de 2009
marcol@uhora.com.py


Ramiro Domínguez,
poemas de la adolescencia




Ha sido publicado hace poco tiempo el libro Primeros poemas de Ramiro Domínguez. La obra literaria lleva el sello editorial de Servilibro.
Es materia conocida que los poetas, al iniciarse en el arte escritural, adornan la poesía con embelesos fabricados por su febril imaginación. Acostumbran imitar a las grandes voces de la literatura universal como el chileno Pablo Neruda y el español Federico García Lorca, por citar dos ejemplos.

Toman registro de las expresiones apasionadas y románticas de Gustavo Adolfo Bécquer e intentan trasladar la musicalidad de las rimas a sus composiciones sin tomar las precauciones del caso: conocimiento puntual del tema, de la rima y de la métrica.

El entusiasmo supera a la técnica, la vehemencia arrastra al raciocinio y el fervor por dotar de alas gigantescas a los versos acaban jugando contra la creación. ¿Por qué? Pues porque el conjunto, la totalidad de la obra, el poema propiamente dicho, todo (en suma) se reduce a un esfuerzo del que solamente el poeta sabe, y que el lector desconoce (literalmente).

Igualmente, siendo el poeta un ser extraño, avanza, perseverante, en la tarea de versificar. No lo detiene el ambiente que se muestra reacio a las intensidades de un alma sensible.

DÉBIL TALLO

El vate, en su juventud, es un débil tallo de flor silvestre.

Si no tiene un guía, un maestro, es arrastrado por la desesperanza pues siente que sus revelaciones poéticas no trascienden, ni aportan significado al Arte.

Si es verdaderamente poeta, el joven escritor buscará un maestro, y escuchará con detenimiento sus consejos, y leerá atentamente los textos por él recomendados.

Tratará de identificarse con la esencia de la poesía pura, elemental, sencilla, libre de artificios y de términos erráticos.

Eso no ocurrió con Pablo Neruda, el poeta de Chile, de la tierra con olor a salitre, pues sus primeros pasos por la poesía dejaron dos libros, Crepusculario y Veinte poemas de amor y una canción desesperada que reúnen las mejores expresiones amorosas de todos los tiempos.

En el caso de Ramiro Domínguez, quien recibió educación sobre el arte de escribir poesías de la mano de César Alonso de las Heras, se cita su obra primeriza llamada La leyenda de la momia. Un título extraño, sin lugar a dudas. Bajo ese nombre, el joven poeta va juntado sus versos iniciales.


La poesía de Ramiro Domínguez es la plenitud de la maestría. En su libro Primeros poemas, el amor, la ausencia, y el dolor subrayan una inspiración que por momentos llegan a encender los sentimientos.

La cadencia, la rima, pero por sobre todo, la celebración de la palabra puramente poética, están reunidos en el texto del ilustre vate paraguayo.

RESEÑA BIOGRÁFICA DE RAMIRO DOMÍNGUEZ:

Ramiro Domínguez nació en Villarrica (Paraguay) en 1930. Poeta, ensayista, dramaturgo, sociólogo y antropólogo y profesor universitario. Junto con José María Gómez Sanjurjo, José-Luis Appleyard y Ricardo Mazó, pertenece a la llamada Generación del 50, liderada por el maestro César Alonso de las Heras.

Doctorado en Derecho por la Universidad Nacional de Asunción; ejerce actualmente la docencia universitaria y es profesor de Teoría Literaria en la Universidad Católica.

Entre sus obras pueden citarse: Poesía, Zumos, Los casos de Perurimá, Itinerario Poético, Cantata heroica a Pedro Juan Caballero, El valle y la loma, Deslumbres. Mbói yaguá, Comunicación en comunidades rurales.

MUTISMO

La pluma alcanzo a la placiente hoja.

Al alma llamo, llamo al sentimiento,
Y no consigo que mi mente escoja
un verbo que hable de mi sufrimiento.

Morir, si digo, con decirlo miento;
diciendo: quiero, mi alma se sonroja.

Y mientras pugno por decir
qué siento,
el llanto viene y mi razón deshoja.

Qué tiene mi alma, que a la voz rehúye?
Qué el Amor tiene, que mi ser destruye
como la nota que el silencio hiere?

Pues ya que el habla definir no quiere
lo que del alma como lava fluye,
diré que mi alma, sin querer, se muere.

RAMIRO DOMÍNGUEZ

Por Delfina Acosta
ABC COLOR, Asunción, Paraguay, 28 de setiembre de 2008




El árbol y su sombra*

a Ramiro Domínguez

Lapacho majestuoso de sombra vivificante.
Sembrador tenaz de semillas anunciadoras.
Maestro estricto de lo nuestro universal.
Enemigo feroz de las hojarascas.
Habitante insoslayable de la esencia guaireña.
Profesor sublime de los saberes populares.
Partero de libertad de mi patria embarazada.
Cañero heroico de los trapiches sufrientes.
Alojero lluvioso de zumos rebelados.
Astronauta leal de las fases del Luisón.
Nombrador de pueblos y barrios sencillos.
Poeta magistral de salmos oportunos.
Hombre forestal de ramas didácticas.
Enseñador múltiple de la vida única.
Hallador de nuestros eslabones perdidos.
Perseguidor y arquitecto del Cosmos guaraní.
Hermano feliz del Lorca sonriente.
Amante enceguecido de un Beethoven juguetón.
Lapacho majestuoso de sombra ramificante.
Árbol tocador de nubes y relámpagos enraízados.
Desde su sombra, surge tímidamente este poema.

GILBERTO RAMIREZ SANTACRUZ

*Del libro Golpe de poesía, Ed. comuneros, 1986,Paraguay.

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