miércoles, 11 de junio de 2014

Lanzamiento de El Grito de Antequera en Paraguay

       EL GRITO DE ANTEQUERA*                                            

                              Por Luis María Martinez


       ¿Qué decir de lo que en la fecha nos ofrece Gilberto Ramirez Santacruz, escritor de gran vitalidad en el lenguaje y el pensamiento?

      Que se halla en la recta de sus realizaciones, al proveernos dos gruesos volúmenes de fundamental importancia. Que legitiman su capacidad de intelectual como de recreador del prolongado itinerario histórico de 18 años de la Revolución de los Comuneros, que reposó casi siempre entre asombros y nebulosidades. Además,  como esclarecedor de estas jornadas revolucionarias desfiguradas con falsas idealizaciones e inútiles verbalismos, que nada aportan a su importancia y conocimiento verdaderos.

      Reportemos que varios historiadores habían coincidido en que los Jesuitas en el Paraguay se aprovecharon de la tendencia natural de los indígenas guaraníes al comunismo,  quienes potenciaron económicamente a las Misiones que detentaban el monopolio de la producción y el monopolio comercial en ámbito interno de la Provincia,  por lo que entraron en contradicción con las clases en ascenso: los latifundistas y la oligarquía comercial,  que lograron aliarse con los peones, campesinos y artesanos, tras un proyecto liberal, que los liberarían de la asfixiante atmósfera colonial que predominaba. Proyecto que pretendía aniquilar los monopolios mencionados, así como de posesionarse de la fuerza de trabajo de los guaraníes,  en cantidad considerable para dicha época: más de cien mil.

      En fin, la gesta comunera fue la expresión de la embrionaria clase burguesa que se adelantaba en reclamar un espacio de poder en la Provincia del Paraguay; gesta, que por otra parte, representaba una virtual sublevación contra el poder feudal español en pleno siglo XVII. Fue sorprendente el movimiento comunero al proclamar la soberanía del pueblo - la del Común - sobre la del Rey, adelantándose así en más de seis décadas  a los principios democráticos fecundados por la Revolución Norteamericana de 1776 y a los postulados universalmente aceptados  de Igualdad,  Fraternidad y Libertad en 1789, por la Revolución Francesa.

El trabajo de Ramirez Santacruz es digno de admiración y elogio,  al atreverse,  él sólo,  a sobrellevar el minucioso afán de su redacción,  que en realidad hubiera correspondido a todo un equipo de investigadores. Y más aún: el compactar los tres movimientos revolucionarios de casi dos décadas en una sola obra, cosa que casi nunca se hizo, puesto que anteriormente cada gesta revolucionaria era conocida fragmentariamente, con lo que se accedía así a visiones parciales de su itinerario y a no muchos elementos de sus causas económicas. Y además habría que considerar que durante la larga dictadura que atrapó al Paraguay en el siglo pasado nada parecido se podía hacer, al estar el país asediado por el terror, que creó una verdadera crisis en los sentidos y crisis al placer de pensar  y de investigar. Ni ocultaba a su vez la dictadura su detestable animadversión a todo pasado revolucionario y a sus protagonistas conocidos.

      Gilberto Ramírez Santacruz, este inesperado historiador,  con dos volúmenes hizo algo diferente y valioso con su concepción curiosa y progresista,  y su obra,  como bien lo expresara en algún lugar de sus numerosos escritos Juan Carlos Mariátegui: "no diploma ni breveta con la autoridad de academias y ateneos".

      Finalmente,  cabe manifestar que este voluminoso compendio: "El Grito de Antequera" será una inevitable obra de consulta,  y lenta o precipitadamente se ganará el difícil prestigio que se acuerda a toda obra clásica,  sin necesidad de sanción alguna. Y su autor, posiblemente,  pasaría a la calidad de inevitable heredero de la Revolución de los Comuneros,  título que podría añadir a sus méritos intelectuales.
  
Asunción, 6 de junio de2014.

*Palabras pronunciadas por el poeta y ensayista paraguayo Luis María Martínez, en ocasión de presentar la obra de Gilberto Ramírez Santacruz, en la última 20.ª Libroferia de Asunción 2014.

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