martes, 23 de abril de 2024

Los indiferentes y El Lector

Los indiferentes y El lector como paradoja cultural,
en apoyo a la marcha por la Educación Pública contra la Ignorancia Privada planificada


Los indiferentes*
                                    
“No me duelen los actos de la gente mala,
me duele la indiferencia de la gente buena.”
Martin Luther King

Los indiferentes
sostienen que todo lo malo que ocurre en el mundo
se debe a los demás y a ellos en nada les concierne,
pero sienten que todo lo bueno que sucede en la vida
se debe a la acción de Dios y a la inercia de los diferentes.

Los indiferentes
están convencidos de que nada puede hacer contra el mal,
que cada uno sálvese en la ruleta del azar como mejor pueda,
que tanto el hambre que hincha de aire la panza de los niños
como de dinero el bolsillo de los ricos no es culpa de ellos.

Los indiferentes
son incapaces de creer y menos soñar en un mundo mejor,
se resignan a pervivir con la cruz de la certeza del no poder,
pero siendo muchos a menudo pasan inadvertidos entre nos
y se cruzan de brazos mirando cómo fallamos en los intentos.


Los indiferentes
visten a la moda del conformismo y forman parte del montón,
que aplauden las decisiones en su nombre cualesquiera sean,
que marchan uniformes como rebaño al matadero sin fin
y a menudo se ríen de los demás como el muerto del ahorcado.

Los indiferentes
no asumen nunca de que fueron ellos los que crucificaron a Cristo,
que ellos mismos fueron los asesinos de Gandhi entre la multitud,
que hicieron posible que fueran segados los sueños de Luther King,
ellos delataron al Che Guevara y fusilaron luego en aquella escuela.


Los indiferentes
son hijos e hijas deseados de la negra inconciencia y fría indolencia,
son yernos y nueras de la negación de la especie y la humanidad,
son socios y cómplices de la violencia que devora a los diferentes,
son hermanos clonados de Caín disfrazados de Abel profesional.


Los indiferentesno distinguen entre abrazar y empujar ni entre besar ni morder,
les dan lo mismo matar que traicionar mientras salven el pellejo,
les tienen sin cuidado la política y la utopía de la real democracia,
sólo aspiran a que no les falten nunca el aire libre para respirar.

Los indiferentes
no recuerdan más las bombas químicas sembradas sobre Vietnam,
ni interrumpen ahora su comida mientras miran todo por televisión,
los misiles de los bombardeos que iluminan la noche de Bagdad,
despedazan ciudades y pueblos enteros de Afganistán, Libia y Siria.

Los indiferentes
son los que se golpean el pecho para declararse apolíticos y apátridas,
que son sólo seres humanos del mundo o seres sensibles del universo,
que tienen supuestamente idea propia inexpugnable para los diferentes,
que prefieren aceptar el mundo como es y nunca pasar por inadaptados.


Los indiferentes
son la mayoría peligrosa que tanto temía el genial Albert Einstein,
mientras él soñaba salvar vida con su estudio y descubrimiento,
ellos trabajaban de eficientes oficinistas o hacían turismo planetario,
para enunciar feliz su hallazgo de que “todo es relativo salvo ésta ley”.


Los indiferentes
podrán hacerse pasar de cualquier cosa  pero menos de inocentes,
son pasajeros en la carreta del progreso que nunca han empujado,
pretenden ser ciudadanos y partisanos por igual según Gramsci
y se niegan "a tomar partido hasta mancharse" como exige Celaya.

Y los diferentes
son la minoría entusiasta que porta la idea de cambio en el mundo,
que se hace estallar con su idea en cada intento logrado como fallido,
detrás de mejorar el mundo se hacen prisioneros, mártires y santos,
cuando no, los chivos expiatorios de los poderes que abortan los indiferentes.

                               El lector

El lector cree que todo está escrito
mira el universo con un gran angular
como si fuera un libro abierto
que se abre para quien quiera leer
y está siempre hojeándose al viento,
ilustrado de estrellas y ovejitas de nube;
a veces trazado por relámpagos y centellas
otras sacudido por truenos y tormentas
pero como si fuese un libro para leer de paso
venido del más acá y camino al más allá.

El lector cree que todo está escrito
piensa que lo que no está escrito no existe
pero cuando se abre un libro la noche parpadea
y vuelan espantados de sus pliegues los murciélagos
y se vela y se corta la película de las pesadillas.

El lector cree que todo está escrito
que todas las personas son libros andantes
cada hombre que pasa lleva un libro sin escribir
y cada libro escrito el mucho vivir de los hombres;
borges imagina el paraíso como una biblioteca
para bradbury el infierno es una alejandría en llamas
para barrett el libro es una lima para cortar cadenas
y heine decía en memoria de las piras inquisitoriales
donde se queman libros también se queman personas.

Aunque el lector tiene por laberinto a la biblioteca
como un minotauro que escudriña entre las páginas
para rescatar a las musas como ariadnas perdidas
y las arranca de los libros como flores robadas
y las saca a pasear por la vida en cada lectura.

El lector cree que todo está escrito
entre las páginas de un libro están las respuestas
del secreto personal como el misterio del universo
y la lectura es la única luz en el túnel del tiempo.

El lector cree que todo está escrito
cada hombre sin saber escribe día a día su vida
pero sin sospechar siquiera de que dios es analfabeto
yque aborrece sobremanera de los libros de quejas.

                                   

*Del libro  "Poemas de hoy en día y otros versos olvidados" de G.R.S.

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