El Nuevo Rumbo exige coraje y honestidad*
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Entonces, ante semejante
carga como rémora y encandilante panorama actual, el presidente Cartes si
orienta sus pasos políticos hacia el bilateralismo anunciado sólo desandará el
viejo rumbo recorrido por los “liberales” hacia la Argentina y los “colorados”
hacia el Brasil, pero el Nuevo Rumbo prometido en la campaña electoral y que
despertó buena expectativa en el electorado como se demostró en las urnas,
deberá retomar, necesariamente, con claridad y coraje la senda de integración
trazada en el Tratado de Asunción en 1991 que creó el Mercosur, más acá del
“juicio político” aceptable o no que destituyó al presidente Lugo y más allá de
los “errores” cometidos por los otros miembros que confundieron al
vicepresidente Federico Franco con el mismo Paraguay, errores aprovechados por
Brasil, Argentina y Uruguay para firmar sendos tratados bilaterales con China y
lanzar contra natura a Venezuela dentro del Mercosur.
Por lo tanto, Horacio Cartes
tiene en sus manos la oportunidad histórica de reencauzar al Paraguay por la
senda correcta y asumir el compromiso, como había prometido en la campaña de
que iba salvaguardar sólo los intereses
del país y de ningún negocio particular y a lo que él públicamente renunció
como empresario mientras dure su mandato, y que era volver al seno del Mercosur
y pelear allí los derechos del Paraguay como miembro fundador y parte insustituible
del Tratado que creó el organismo multilateral, sin dejarse embarullar por los falsos
agoreros que le pintan maravillas por la Comunidad Europea como la Alianza del
Pacífico y le facilitan los trámites para engañarle con espejitos de colores y
para luego disponer del territorio paraguayo
para otros fines, como ya dispone del territorio colombiano Estados
Unidos para todos servicios y necesidades, como está también ya en tratativas
la legalización de la presencia y cooperación de la misma OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte),
a los cuales vendría como un anillo al dedo y les saldría baratito económica y
políticamente, apenas con condonaciones de deudas en organismos
internacionales, algunas que otras donaciones para “combatir el subdesarrollo”
y hacernos olfatear el alcanfor ideológico del supuesto bolivarismo
expansionista que sigue agitando Chávez desde el cielo, versión infantil del
terrorismo internacional actual que había cambiado el viejo cuco del comunismo
internacional por vetusto y obsoleto, que el Paraguay rompa con el Mercosur y
comience su peregrinaje de paria errante por los cuatro vientos, que le promete
desarrollo de primer mundo y felicidad celestial en “paraísos” democráticos que de tanto gustan jactarse los países centrales, heroicos bombardeadores con aviones no tripulados de
los pueblos del Tercer mundo.
Horacio Cartes,¿tendrá
claridad sobre el Nuevo Rumbo? ¿Tendrá coraje para decir no a Estados Unidos
que le está queriendo llevar por un túnel del tiempo pasado? ¿Querrá de verdad
convertir al Paraguay en un país moderno como fue en su tiempo con los
López, sin sacrificar un ápice de su
soberanía? ¿Podrá aquietar a los dinosaurios feudales y fósiles políticos
nativos, de la recontraultraderecha de los terratenientes malhabidos,
empresarios de frontera móviles y veloces, narcocontrabandistas exitosos dueños
de Ciudad del Este y aledaños? Las preguntas son muchas, pero la respuesta
puede ser una: Cartes, no mires tan lejos, allende el mar por el Viejo Mundo ni
las cordilleras por la Alianza del Pacífico, el camino más largo se empieza con
el primer paso y el último se pisa después de haber mirado el suelo,
atentamente, durante todo el trayecto.
Gilberto Ramírez Santacruz
*Nota publicada en el periódico Ñane Retâ de Buenos Aires, Agosto del 2013.-
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