lunes, 19 de septiembre de 2011

Lénin y sus ojos de niño...!


El niño y su lectura*

Con sus cinco años, mi pequeño hijo Lénin avanzaba en su aprendizaje, después de familiarizarse con los números, comenzaba a reconocer las letras y nombrarlas fonéticamente, cuando vio la procesión del jueves santo que recorría el barrio quedó boquiabierto por un rato, con su cortejo de curas y monjas que, rigurosamente vestidos de sotanas y hábitos blancos, como también algunos vecinos y devotos en general, acompañaba al sufrido Cristo caído que iba montado en la carrocería de un desvencijado camión, llevando una pesada y exagerada cruz al hombro.
Lénin, lejos aún de las imposiciones de figuras y símbolos cristianos, hizo su lectura al instante de lo que estaba viendo, por supuesto de acuerdo a los elementos recientemente aprehendidos en la escuela y su curiosidad por encontrar analogías con los hechos de la realidad circundante:

- ¡Papi, vení a ver, por favor, al pobre hombre que lleva esa enorme letra X en su espalda, seguido por muchos fantasmas vestidos de blanco!


*Del libro inédito "Espiridión y otros cuentos pendientes", de Gilberto Ramírez Santacruz.

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