réquiem por unas vías muertas
¡sobra guarda raja falta!
¡sobra guarda raja falta!
todavía
hoy marcan la mirada de mis recuerdos
tus
plateados trazos que se hundían en el horizonte
como
espadas infinitas y brillantes contra el destino
que
parecían a lo lejos unir su paralelo al cielo
señalando
el futuro a soñadores y enamorados
y
alargando la espera del tren cansino que nunca llegaba
o
estirando la despedida del pueblo que lloraba un hijo
hoy
cubiertas por espesas gramillas y pastizales
como
lágrimas frescas sobre viejas fotografías
enterradas
por el olvido junto a los durmientes
que
a mí me duelen como seres queridos muertos
y
me dan ganas de cavar el tiempo de mi infancia
para
recuperar la alegría sencilla de una estación
a
la hora de llegada de aquél tren de mi pueblo
aún
recuerdo la historia contada por mis mayores
de
aquel tren con banderas repleto de soldados
que
marchaban entusiastas a las trincheras del chaco
blandiendo
machetes y algunos que otros fusiles
pero
todos cantando y jurando a la patria querida
y
que ofrendaban sus vidas como pruebas de amor
y
clamaban "vencer o morir" como la consigna a seguir
al
final de la contienda el tren volvió aún más cargado
traía
además de los victoriosos soldados campesinos
una
contingencia desarrapada de prisioneros bolivianos
prolongarán
a trabajo forzado algunos kilómetros de vías
y
regresarán a su patria un día doblemente vencidos
pero
tren de tan pesado parecía un carguero al llegar
y
era que traía también las almas de los patriotas muertos
¡poca gente menos plata! ¡poca
gente menos plata!
¡salta brasa sobra plaza!
¡salta brasa sobra plaza!
luego
el mismo tren alborotado de revolucionarios
marchaba
sobre asunción el año cuarenta y siete
sumando
adherentes en cada estación y paradas
el
viaje era una fiesta popular de sueños imparables
hasta
que las fuerzas del tirano sanguinario
los
devolvió a sangre y fuego al punto de partida
elegir
la tragedia de morir o partir al destierro
pero
cuántas historias más se perderán para siempre
quedarán
bajo tierra como las vías que hoy lamento
con
el tren se ha ido todo lo memorable del pueblo
ya
no habrán encuentros ni adioses a los apurones
al
sonar el silbato o la campanita del jefe de estación
los
niños saltando y trepándose por los últimos vagones
y
el tren comenzaba a moverse como un pesado ciempiés
en
la vida aprendimos a caminar derecho
sobre rieles
desplegábamos
los brazos como queriendo volar
pero
la lección de equilibrio aparecía con el tiempo
pero lográbamos a andar hasta con los ojos
cerrados
de
tanto desear a emprender alguna vez un viaje
como
acostumbrábamos ver partir a los compueblanos
cada
semana que el tren viboreaba hacia asunción
cuántas
travesuras inocentes enternecen mis recuerdos
viajar
jugando colgado del último furgón de carga
despedirse
de la supuesta amada y llorar a lágrimas
como
hacían los auténticos amantes al partir de verdad
el
sueño de descarrilar la formación con finas agujas
y
monedas de níquel colocadas a escondidas sobre las vías
delante
del tren que llevaba un amor que podía ser nuestro
¡gente sube gente baja! ¡gente
sube gente baja!
¡guarda pasa nadie paga!
¡guarda pasa nadie paga!
hoy
la estación es apenas una olvidada tapera derruida
un
caserón habitado todavía por ajetreados fantasmas
que
guardan el dolor de una novia al perder
su corazón
o
la imagen imborrable de un enamorado en la ventanilla
con
sus ojos inconsolables mirando a la amada
o
la voz quebrada de una madre aconsejando
por
última vez al hijo que tal vez no volverá nunca
cuando
el tren llegaba traía noticias y forasteros
pero
cuando partía se llevaba los coches y vagones
cargados
de sueños y esperanzas de vida mejor
aunque
a veces devolvía cartas de dolor y tristeza
pero
casi nadie ha vuelto en vida al terruño
y
más de uno su retorno fue para el campo santo
y
esperar seguro el sueño eterno bajo tierra
si
pudiera levantar los años como paladas de tierra
resucitar
los durmientes crucificados por el tiempo
que
perpetúan las trochas angostas medias y anchas
cuando la nostalgia pretende viajar en primera
y
olvidar el descarrilamiento que truncó
su sueño
poco
antes de que los últimos furgones de la esperanza
se
desprendieran del viejo tren que olvidó el regreso
todavía
me abriga como ayer tu aliento de brasa
y
me enceguecen tus chispas que saltan a los ojos
recuerdo
que llorábamos al escuchar tu adiós de sirena
y
no podíamos ir a despedirte como a un amigo
entonces
imaginábamos tu aceitado esfuerzo al partir
tus
brazos de hércules en medio del asfixiante humo
y
sentíamos de lejos tu asmático y monstruoso respirar
¡lenta marcha nadie paga! ¡ lenta marcha nadie paga!
¡cola larga mucho tarda! ¡cola
larga mucho tarda!
senda
querida del primer ferrocarril de sudamérica
huellas
perdidas del último convoy del mundo
orgullo
de progreso del paraguay de los lópez
vergüenza
de dejadez de los gobiernos posteriores
lanzas
que atraviesan la geografía de mi pecho
cuando
sueño volver y mi tren quedó sin vías
justo
a la hora que mi gente se reunía en la estación
quisiera
de pronto desenterrar los caminos andados
redescubrir
las huellas de mis pies descalzos
sobre
los rieles dormidos para siempre en el olvido
atizar
en la caldera del tiempo los leños del recuerdo
donde
hace combustión el sueño del hijo pródigo
que
apenas sobrevive en la ingrata distancia
y
que no ha podido desandar el itinerario de su tren
sigo
viendo a ese niño que acompañaba corriendo el tren
sabiendo
de antemano que lo haría sólo hasta el cansancio
para
luego volver a la estación como negándose a quedar
o
al otro niño tirado sobre los tibios rieles recién pisados
auscultando
en la distancia al tren que llevaba su ilusión
y
que hoy estos versos le tienden sus manos en el tiempo
al
niño que corría y levanta al otro que en el suelo escuchaba
pero
vaya éste réquiem de regreso a casa de mi pueblo
que
llegue como un murmullo más a la estación
suene
la pitada al llegar los furgones cargados
que
saluden los familiares a los añorados parientes
los
niños alegres que éramos reciban a los adultos
que
regresan fantasmalmente a través de estos versos
removiendo
las vías transitadas por la larga ausencia
¡chupa agua fuma raja! ¡chupa
agua fuma raja!
¡el tren para dice basta! ¡el
tren para dice basta!
*Versos extraídos del libro "Poemas entre el amor y el olvido" de G.R.S.
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