viernes, 25 de noviembre de 2016

Oda a la Calle Última



                                        Oda a la Calle Última*

Apenas una línea,
bordeante y sinuosa,
es la traza arabesca
de la Calle Última,
que demarca hiriente
a un país y otro.

Pues allí termina
su dominio la Asunción,
pletórica de historias,
y comienza su hondonada
el Paraguay profundo,
extrañado en su propia tierra.

Parada obligatoria
del que entra a la ciudad,
como del que sale de ella;
orilla urbana desde aquí,
límite suburbano desde allá,
frontera de pobreza.

Una calle alfa
para el que viene llegando,
una calle omega
para el que se va alejando;
una calle que separa
tanto como la que une.


Principio y fin
de un zanjón sin nombre,
de privilegios y miseria,
una calle viva para muertos
y por dentro le corre un río,
de sangre y basura.


Arteria y cemento,
un camino tejido
por caminantes borrachos,
por duendes nocturnos
y multitud de vagabundos
que peregrinan día a día.

Una vena abierta
de la ciudad atascada
y un latente griterío
que vocifera necesidades,
en venta a bajo precio,
baratillos de contrabando.

Calle Última...
una herida que crece,
estación proletaria,
paraje campesino,
para el que aguarda un micro
como la redención el pueblo.

Primera calle
del que alcanza la capital
y calle última
para el que la abandona;
pues allí se pierde la ciudad
y nace la patria real.

Asunción, Enero de 2008.

*Del libro inédito "Poemas de hoy en día", de G.R.S.

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