La
creatura*
con su piel suave y sedienta ante el acoso de la pluma,
como una mujer difícil que cae por fin rendida al amor,
así se ofrece al poeta la hoja más pura en el blanco del papel.
El hombre entonces tiembla y se le transpiran las manos,
el papel se hizo un tumulto de mar inmenso y misterioso
y le saltan de sus entrañas las palabras como tiburones
y así le devoran los silencios decretados y las horas calladas.
El poeta viene a ser aquel pescador de “el viejo y el mar”,
una vez enganchada a su arpón la ansiada creatura,
para contrastar su
fuerza se echa al hombro a la presa
y la escritura brota inesperada como desde un volcán dormido,
así también la poesía todo lo envuelve con sus letras y
brasas.y la escritura brota inesperada como desde un volcán dormido,
*Del libro inédito "Poemas de hoy en día" de Gilberto Ramírez Santacruz.
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