martes, 28 de julio de 2015

Arte indígena y popular guaraní

espectaculos
PAGINA/12,MARTES, 28 DE JULIO DE 2015
MUSEO NACIONAL DE BELLAS ARTES:
ARTE PARAGUAYO EN BUENOS AIRES PARA CONMEMORAR
LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA

Arte indígena y popular guaraní

La muestra Tekoporá (“buen vivir colectivo”, en guaraní) incluye unas 200 piezas (en su mayoría) del Museo del Barro de Asunción, con curaduría del especialista paraguayo Ticio Escobar. Particularidades de la prensa de la época.

 Por Roberto Amigo *
Arriba y abajo: detalles de la prensa paraguaya de hace 150 años.
La prensa ilustrada a mediados del siglo XIX trabajaba con dos opciones para la incorporación de imágenes enfrentando el problema técnico de la relación de las mismas con los textos: la litografía y el grabado en madera. La primera era fácil de ejecutar y económica pero no permitía la impresión conjunta de texto e imagen, salvo que el primero fuese también litografiado, por la dificultad obvia de manejar la piedra como clisé; sin embargo por su calidad de dibujo y su simpleza técnica era ampliamente utilizada como ilustración a página plena separada del texto. Sin duda, la litografía fue el procedimiento más popular para la impresión de estampas de vasta circulación que reemplazaron a los grabados en los interiores de las viviendas populares.
La prensa popular prefería la xilografía, ya que la puesta en página podía realizarse con suma facilidad al ser los tacos móviles y poder intercalarse para relacionar texto e imagen con soltura. La imagen impresa se elaboraba a partir de un ensamblaje de diversos tacos de grabados y tipos de imprenta; de allí que Cabichuí, por ejemplo, extremó la posibilidad al ornamentar capitales, intercalar viñetas, reiterar figuras, armar composiciones con grupos, al punto que el texto prácticamente se convierte en secundario a la riqueza visual de la composición (...)
Cabichuí y El Centinela son periódicos modernos: construyen a la vez que aceptan las demandas del público popular, y la técnica que utilizan es la universalmente aceptada para los fines de su prensa. Se ha considerado que la elección de la xilografía fue un imperativo de las circunstancias y que por ello no se optó por elementos gráficos más modernos; esta cuestión olvida que la xilografía es la técnica habitual también en la moderna prensa popular europea, como en los semanarios de un penique. Además, la riqueza del engarzado de texto e imagen en Cabichuí es una de las largas búsquedas de la impresión moderna del siglo XIX, imposible de realizar con otra técnica (...).
El desarrollo de una prensa periódica de carácter satírico y popular no puede separarse del proceso de apertura y de implantación de modelos europeos llevado a cabo por los López. Si el proceso de aculturación que intentaría modificar los hábitos y los espacios de la Asunción mestiza, cuyo ejemplo exquisito es la figura de Madame Lynch, adquiere características particulares bajo el nacionalismo económico autonómico, es en los periódicos de trinchera donde encontramos la resignificación local de esos modelos, en una tensión que los pone en crisis al exhibir la contradicción inherente al modelo europeizante, más acorde con el liberalismo porteño, y a la base popular que da sustento al régimen de López, que es el destinatario de los periódicos.
Si en Europa se utilizaron las duras maderas de boj o cerezo, en el Paraguay sobraban maderas para la realización de los tacos. No se debe olvidar las condiciones materiales de la producción: tinta fabricada con porotos negros, papel confeccionado a partir de fibras de caraguatá y de yvyrá, movilidad de las líneas de defensa que obligaban al traslado de la imprenta, sin contar la ausencia de experiencia previa en la mayoría de los grabadores (...).
El Centinela, Cabichuí y Cacique Lambaré modificaron el consolidado esquema de la venta por suscripción; su distribución no era sólo en la ciudad y su hinterland sino también en el campamento militar. Este cambio implica la singular identificación entre el medio y sus lectores: se definen como soldados que comparten la experiencia extrema a la que está sometido el pueblo paraguayo (...).
Sin duda, en la tasa de alfabetización se encuentra la posibilidad de desarrollo de la edición de libros y periódicos populares. Este requisito se cumplía en el ejército paraguayo, ya que desde el gobierno de Francia existió una política de alfabetización de los sectores populares (...).
En las trincheras paraguayas, el militar alfabetizado ponía en escena el acto de la lectura en voz alta: “Haciéndole escuchar en el silencio de la noche, y a la lumbre de su fogata, los preludios épicos de sus hazañas.” (El Centinela, 27-04-1867). Otros soldados, sean o no alfabetizados, observaban las imágenes, atendían a la voz del camarada, intercalaban sus comentarios, activaban el ritual con su risa (...).
La prensa popular paraguaya incorpora formas literarias aptas para la lectura en voz alta, como las fábulas de moralejas patrióticas o de burla al enemigo y, principalmente, la poesía satírica que refuerza su voz al estar escrita en las cadencias musicales del guaraní, que anula la distancia entre el texto escrito y el mundo del lector. En el Cacique Lambaré el guaraní domina la totalidad de los textos, caso excepcional en la prensa americana; por ello, tal vez, las imágenes son innecesarias.
El mismo Cabichuí (08-08-1867) relata la experiencia de la lectura por un grupo de soldados en una extraordinaria xilografía de Ignacio Aquino; aquellos escuchan a un sargento en la vanguardia de Espinillo que lee el número 24 del periódico. Los soldados participan con comentarios y exclamaciones publicadas en guaraní, tal como pudieron haber sido pronunciadas. La imagen, junto al texto, es elocuente: un sargento de aspecto urbano lee y muestra el periódico a un grupo de cuatro soldados ante “las estrepitosas carcajadas de unos, la ávida atención de otros”; un plano rebatido permite ver la portada con el inconfundible “mono”, cruel burla sobre el soldado brasileño (en la tradición de la animalización de la prensa satírica) sometido por las avispas negras. Una de las avispas, para afirmar la referencia, se encuentra posada sobre un árbol como si escuchara la lectura. El orden de la lectura se encuentra claramente establecido: los soldados miran primero el grabado y luego escuchan la lectura del texto correspondiente (...).
El proceso revolucionario rioplatense tomó la simbología definida por la Revolución Francesa: el gorro frigio y, en algunos casos los colores azul, blanco y rojo en las banderas. Esta implantación fue impulsada por los gobiernos revolucionarios herederos del poder colonial con el claro objetivo de construir el espíritu republicano. Es decir, que la elección de la tradición europea por las elites ilustradas de los países americanos fue una herramienta para el difícil proceso de crear, junto a la legitimidad política de la soberanía popular, los valores simbólicos que estimulasen el sentimiento de pertenencia a las comunidades en construcción. Las alegorías clásicas revisitadas por las necesidades locales demostraron ser aptas para la configuración de una identidad criolla (...).
En los periódicos de trinchera se observa claramente cómo perdura, a pesar del terrible conflicto, el sentimiento americanista y el sentimiento antieuropeo se ha transformado en encarnizado odio, bajo la fuerza de la guerra, contra el imperialismo brasileño, al que se le dirige los mayores insultos siempre afirmados en el credo republicano y americanista. El tratamiento despectivo a las fuerzas brasileñas, llamadas “macacos” y “negros”, no alcanza la misma violencia discursiva hacia las fuerzas argentinas y uruguayas, encarnizada contra las figuras de sus dirigentes considerados agentes del Imperio (...).
La convivencia de asuntos republicanos y alegóricos, junto a las ilustraciones narrativas y testimoniales, era habitual en la cultura visual regional desde la década del treinta, con diversos eslabones en la compleja síntesis de modelos eruditos y prácticas populares (...).
El sentimiento americanista se presenta en una alegoría realizada por Saturio Ríos: América del Sud es una joven que lleva “en sus pañales” a siete repúblicas. Desde su manto avanza la República del Paraguay que lanza su león contra el asno, el general Flores y el podenco, Mitre. Ambos arrastran con sus cadenas dos figuras alegóricas: la República del Uruguay “desangrada, débil, escuálida y sometida” y la República Argentina, con sus ojos vendados, sujeta por las piernas al emperador del Brasil (Cabichuí, 10-07-1867, a. 1, n. 9, p. 2-3). Este grabado recodifica las alegorías ortodoxas, al incorporar elementos ajenos a las mismas como la caricatura de personajes como animales (...).
En la burla del enemigo es donde el carácter festivo se hace presente, cuando el adversario adquiere formas de animales como en la tradición de la caricatura y del relato popular (...) (Hasta el 20 de septiembre, en el Museo Nacional de Bellas Artes, Libertador 1473).
* Curador del MNBA. Fragmentos editados del texto escrito especialmente para el libro/catálogo de la muestra.



domingo, 12 de julio de 2015

MI PAPA PERSONAL, FRANCISCO EN EL PARAGUAY

DIARIO LA NACION, ASUNCION, 12 DE JULIO DE 2015

Mi Papa personal: de cura de mi barrio 
a Francisco I del Vaticano

Por Gilberto Ramírez Santacruz. 
Escritor paraguayo residente en Buenos Aires, Argentina.

Ocasión de la visita de monseñor Jorge Mario Bergoglio a la Villa 21, en Buenos Aires.

“Cada muerte de obispo” o “el día que el cura de mi barrio se haga papa”, dicen las expresiones populares para connotar algo lejano y difícil de ocurrir o realizarse. En mi caso para ser posible y conformar un Papa personal con el cura Bergoglio de mi barrio, luego el obispo de Flores, posteriormente arzobispo de Buenos Aires que visitaba asiduamente la Parroquia de Caacupé de los paraguayos de Villa Barracas y en la actualidad pontífice Francisco I del Vaticano, se demostró que la realidad a veces es más creativa que la imaginación o el ingenio de muchas ficciones; rompiendo así con más de 500 años de tradición jesuítica para instalar en Roma un soldado y discípulo de Loyola, honrando inesperadamente con el nombre emblemático del compromiso cristiano del Pobre de Asís, a quien Dios había pedido que reconstruyera su iglesia.
Y pareciera que Bergoglio obedeció al mismo mandato por el esfuerzo que lleva adelante por devolver el orden y la santidad a la Casa del Padre. Así como yo tengo mi Papa personal, por vivir en el mismo barrio, frecuentar la misma iglesia, de llevar a mis hijos al mismo colegio donde estudiara Bergoglio, colegio Nuestra Señora de la Misericordia, y recibir la confirmación de él mismo, el papa Francisco también tiene su Paraguay personal.
Lo tiene por haber heredado la inquietud social de la gran Esther Ballestrino de Careaga, médica paraguaya que fue fundadora de las Madres de Plaza de Mayo y desaparecida por la dictadura argentina, y quien fuera su jefa en un laboratorio de cuando trabajaba Bergoglio en su profesión de químico antes de tomar los hábitos y de participar y propiciar la creación del Equipo Pastoral Paraguayo en la Argentina (EPPA), a instancia del padre Oliva en la década de 1970, al ser expulsado por la dictadura del Paraguay, quedando la representación de la iglesia paraguaya en manos de exiliados laicos que hasta la actualidad cumple un papel preponderante entre los paraguayos que no han podido regresar y los que siguen llegando en busca de mejores oportunidades de vida.
CERCANÍA CON PARAGUAYOS
La cercanía de Bergoglio a los paraguayos de la Argentina se demostró por décadas, con su acompañamiento y habitual disposición para recibir la inquietud de la colectividad y a los visitantes de las misiones pastorales que cada año envía la iglesia paraguaya para celebrar el Caacupe’i de Buenos Aires, que reúne a cientos de miles de paraguayos en cada edición. Tanto afecto hacia los paraguayos demostró una vez más en diciembre del 2010, al ofrecer como arzobispo de Buenos Aires la misma Catedral Metropolitana y su propia presencia para celebrar el Caacupe’i, donde pronunciara su célebre homilía, al recibir una imagen de la Virgen de Caacupé por parte de la colectividad paraguaya de la Argentina: “Hoy la Virgen viene con documento paraguayo, ella es paraguaya, de Caacupé, y no hay paraguayo que no la quiera. Y se sabe, en toda América la mujer paraguaya, la más gloriosa, no por haber estudiado más que otras, sino porque supo asumir un país derrotado por la injusticia y los intereses internacionales. La mujer paraguaya es la mujer más heroica de América, y ante esa derrota llevó adelante la patria. Después de la guerra quedaban ocho mujeres por hombre, fueron las salvadoras de una cultura e hizo esa gran opción de tener hijos. Todo para salvar la patria, la lengua, la cultura y la fe. Y entonces, la Virgen al tomar la ciudadanía paraguaya, tomó la lengua (guaraní), la cultura y la fe también. Por eso es doblemente gloriosa, por ser madre de Dios y por ser paraguaya”.
PREMIO NOBEL
Posteriormente, ya instalado en el Vaticano, en febrero del 2014, en ocasión de recibir como Pontífice a dos compatriotas argentinos exiliados en Suecia y descendientes de paraguayos: “Yo desearía que algún día el Comité del Premio Nobel, le otorgara el Premio Nobel ¡a la mujer paraguaya! Por haber salvado la cultura, la patria, la lengua y la fe… ¡heroica! ¡La propongo!”.
Pero con su visita Jorge Bergoglio en su condición de papa Francisco conocerá por estos días el Paraguay real, con su pueblo orgulloso de su historia y cultura, asimismo su fe y esperanza en el Cristo Redentor y su iglesia que lo acompaña, hablará con sus autoridades, escuchará los reclamos de los más necesitados como los indígenas, campesinos y pobres de la periferia de Asunción, interpondrá ante los datos y conflictos de la realidad paraguaya, como es su costumbre ya, su autoridad moral que obtuvo con tanta humildad y vocación de servicio como coraje, demostrada en el mundo al ofrecerse como instrumento o prenda de paz en conflictos seculares como el de Estados Unidos y Cuba, Israel y Palestina, las guerras interminables entre árabes y musulmanes y Occidente, o defendiendo a capa y espada a los inmigrantes desesperados de África que arriban a la costa europea.
GUIADO POR SAN FRANCISCO
Sin embargo, no hay mejor descripción para definir a la figura pastoral y protagonismo histórico del papa Francisco que los mismos versos consagrados de San Francisco de Asís, que parecieran guiar sus pasos en su largo peregrinaje por el mundo y que está de visita en Paraguay, para sembrar la nueva concordia entre los paraguayos y plantar también las nuevas semillas que defenderán y oxigenarán la vida y la esperanza en el planeta, según reza su encíclica “Laudato Si” en defensa de la Casa Común, la Tierra: “Señor, haz de mí un instrumento de tu paz. Que allá donde hay odio, yo ponga el amor. Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión. Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. Que allá donde hay duda, yo ponga la fe. Que allá donde hay desesperación, yo ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría”.

viernes, 3 de julio de 2015

¡Réquiem por una máquina!


         la máquina*

su traslúcido estuche viene a ser 
como la transparente cáscara de mi corazón 
su aceitada cinta negra 
mi largo sufrir 
su metálico peso
mi insoportable inspiración 

aprieto sus enfiladas teclas 
cabecitas de letras uniformes 
y hundo en cada una de ellas 
la soledad que se esconde en el alfabeto

mi angustia mueve y lubrica 
sus pesados y rígidos engranajes 
y se vuelve campanilla loca 
mi pasión al final de cada verso 

mis yemas encallecen y sangran
cuando un adjetivo punza su color 
o cuando los adverbios inútiles asfixian 
o cuando de pronto apuñalan las puntuaciones 

su carro quejoso usa de guía a mi amor 
y el pescante clava mi ánimo en las pendientes 
desbarrancándose en los peligrosos terraplenes 
cuando la musa cae y se accidenta en el poema

*poema del libro "descalzo sobre el asfalto y otros poemas" 
de gilberto ramírez santacruz.

Agencia EFE, Mundo, 3 de julio de 2015


Las máquinas de escribir pueden ser ya una imagen de archivo en muchas partes del mundo, pero en países como la India se resisten a desaparecer y lejos de ser una reliquia del pasado el sonido de sus teclas y el timbre del cambio de línea desafían en algunos sectores el imperio de los ordenadores. 

La estampa de una fila de estas máquinas trabajando en plena calle forma parte de la vida diaria del país asiático, aunque hayan perdido el romanticismo de los tiempos en que se tecleaban cartas de amor y su uso ahora resiste el paso del tiempo gracias sobre todo a los documentos oficiales.

“Las seguimos utilizando porque trabajamos en la calle, donde no hay electricidad, además de que son muy pequeñas y fáciles de llevar. Si tuviéramos un ordenador, no podríamos enchufarlo ni llevarlo así de un sitio a otro”, asegura a Efe el copista Bhupendra Kumar, frente a un edificio oficial en Nueva Delhi.

La entrada del Registro de la Propiedad en la zona de Asaf Ali de la capital india está flanqueada por dos filas paralelas de Olivetti, Remington, Olympia o Godrej & Boyce, “que no van a desaparecer al menos hasta dentro de diez o quince años”, dice Kumar, que lleva casi una década en el oficio de teclear.

Un arte al que recurre la clientela a las puertas de la sede oficial para que copistas como este hombre de 30 años redacten contratos de compraventa de propiedades que traen escritos a mano, a entre 20 y 30 rupias (3 y 5 centavos de dólar) la página.

La última fábrica de la Godrej & Boyce cerró hace cuatro años en Bombay, en el oeste de la India, pero “aunque ya no se fabriquen, todavía hay disponibilidad de piezas y mecánicos”, comenta Kumar sentado frente a su vieja máquina.

“Puede ser que desaparezcan, porque ya no se pueden comprar nuevas“, advierte su compañera de oficio Sushila Nirmal, veterana en la profesión con sus 58 años, quien recuerda que lleva pulsando las teclas la mitad de su vida, desde antes de que empezaran a extenderse las computadoras a partir de la década de 1980.

Hasta que llegue ese día, “los ordenadores pueden estar en la oficina, pero no en la calle, donde no hay electricidad”, relata.
Aunque ya no es el negocio de antaño, las 500 rupias que saca al día, apenas 8 dólares, tecleando fríos documentos sobre alquileres de pisos le da para sobrevivir.

La imagen de Sushila se repite en el paisanaje de la India ante juzgados, oficinas de Tráfico o embajadas, pero atrás quedaron los tiempos en que muchos acudían a ellos para dictarles palabras de amor, invitaciones de boda o currículos profesionales.

Narendra Singh se reinventó y encontró a este invento del siglo XIX un nuevo uso en su academia del centro de Nueva Delhi a la que acuden jóvenes que se preparan para encontrar un trabajo.

“Ahora no hay casi negocio, pero antes sí que se utilizaban todo el día”, lamenta Singh ante una hilera de máquinas de escribir rodeadas de ordenadores, y donde algunos aprenden el oficio del teclear.

Como Deepak Kumar, estudiante de 21 años, que considera que escribir a máquina “ayuda a mejorar la velocidad y después se puede trabajar fácilmente en los ordenadores”.

Kumar asegura a Efe que cuando termine el máster en administración y negocios y comience a buscar un empleo, “en la segunda fase de entrevistas piden que se sepa teclear y se necesitan tres meses para aprenderlo del todo”, añade.

El dueño de la academia no está tan convencido de la utilidad eterna de sus Olivetti, cuyo teclear se escuchaba hace años todo el día y ahora apenas una hora cuando acude algún estudiante.

“En el mercado ahora no se vende ni se compra. Si queremos venderlas, nadie las va a comprar. Y cada vez es más difícil encontrar un mecánico”, sentencia Singh, nostálgico de los tiempos en los que el teclear de sus artilugios reinaba en la India. (EFE).